Jun 14 2005
Todos con la selección
Escrito por laaguja | Archivado en: Rojodeporte profesional | deporte de elite | federaciones
¿ ME PUNTÚA ESTE TEXTO ?
(coloque el cursor sobre las estrellas que desee otorgarle y pinche)
= deficiente
| = insuficiente
| = bien
| = notable
| = sobresaliente
http://www.elespectador.eu/viejoblog/2005/06/todos-con-la-seleccion/trackback/
Este artículo se publicó
el 14.06.2005 (Tuesday) a las 14:41:55 y está archivado en
Rojo.
Puedes seguir cualquier comentario a este artículo por el
RSS 2.0 feed.
No hay posibilidad de comentar ni hacer ping a este artículo.
En ningún momento los jugadores están obligados a ir a la selección. Si un jugador no quiere ir a la selección no va y punto. No puede ser sancionado. Schuster, por ejemplo, lo hizo en su día.
Por lo tanto los clubs tienen perdida esa batalla siempre y cuando el jugador no diga nada. Y si yo fuera jugador para mi mi meta sería defender la camiseta de mi país a parte que porque considero que es el techo de un profesional porque también es el mejor escaparate mediático.
Si tu quieres ser el mejor jugador del mundo (o de tu país) has de ir un Mundial y ganarlo (intentar no fallar el penaltie en cuartos). Si tu como jugador decides no ir a los amistosos, entonces el entrenador lo normal es que busque jugadores que si quieran ir a la selección (que los hay y muchos) con lo que no te lesionarás gravemente pero nunca conseguirás llegar a tu techo.
Los clubs nada pueden hacer, por mucho que se quejen sus jugadores siempre querrán ir a la selección. Son esas las reglas del juego y son iguales para todos. Como mucho lo único que se puede hacer es el calendario único para que por lo menos no coincidan partidos. Para las lesiones, lo mejor cruzar los dedos.
Pues me gustaría que tuvieras razón, pero creo no haberme equivocado en mi exposición.
Ley 10/1990, del Deporte
Artículo 47
1. Es obligación de los deportistas federados asistir a las convocatorias de las selecciones deportivas nacionales para la participación en competiciones de carácter internacional, o para la preparación de las mismas.
2. Cuando los deportistas a los que se refiere el párrafo anterior fuesen sujetos de una relación laboral, común o especial su empresario conservará tal carácter durante el tiempo requerido para la participación en competiciones internacionales o la preparación de las mismas, si bien se suspenderá el ejercicio de las facultades de dirección y control de la actividad laboral y las obligaciones o responsabilidades relacionadas con dicha facultad en los términos que reglamentariamente se establezcan.
[…]
Artículo 76
1. Se considerarán, en todo caso, como infracciones muy graves a las reglas de juego o competición o a las normas deportivas generales, las siguientes:
[…]
f) La falta de asistencia no justificada a las convocatorias de las selecciones deportivas nacionales.
Como puedes ver, la obligación es real.
Postdata: Schuster se negó a jugar con “su” selección. Desconozco la legislación en Alemania. En España, ésta que te he mostrado es la que tenemos.
Por supuesto que la legislación española castiga la no asistencia a las selecciones “nacionales”. El ejemplo de Schuster no vale porque no es español. Lo que pasa es que la sanción sólo se aplica (o se amenaza con hacerlo) cuando interesa por algún motivo. Por ejemplo, si Gasol no va a la selección porque su equipo se lo impide, no pasará nada (A ver quién se atreve a aplicar la Ley del Deporte en la NBA!!!) Si Oleguer se niega, sí se arriesga a una sanción.
Hola Xavier,
es un honor que postees en mi bitácora.
En relación con lo que planteas, creo que has abierto un debate interesante (al que haré mención de soslayo en el próximo artículo). Ciertas ligas profesionales están “en otra dimensión” diferente de las selecciones nacionales.
Ni a los Memphis Grizzlies ni al mismísimo Pau Gasol les preocupan una sanción federativa. ¿Cuál es esa otra dimensión? Una liga, llamémosle privada, con todos los beneficios imaginables. Hacia ahí camina ese famoso G14 europeo. Pero, como digo en el artículo, hay que esperar a que cambien ciertas mentalidades… europeas.
Hola a todos,
lo que provoca esta “obligación”, como todo en España, es que se circunde la ley por otros lados. Estoy seguro de que más de un jugador habrá llamado al seleccionador nacional para decirle “mira, sencillamente si tienes intención de llamarme no lo hagas porque me crearís un problema”. Es lo más fácil y quizás lo que ha hecho Oleguer.
A mi una cosa que me fastidia es la de aquellos que, acudiendo, tratan de desmarcarse lo más posible de todo: que si me doblo las medias para que no salga la bandera, que si no me haga esta o aquella foto…
Que haya una ley no quiere decir que esta sea justa, y si algún jugador sencillamente no quiere ir a la selección por el motivo que sea pues que de un paso al frente y diga públicamente que no va. ¿Quién no hubiera llamado loco a Bosman (o como se escriba) hace unos años?
Saludos
Dani
PD lo de Estados Unidos ya es otro tema. Ejemplo: ¿porque en Barcelona’92 Hakeem Olajuwon pudo jugar como americano en el “Dream Team” cuando ya defendio a su pais de origen (Nigeria) en una categoría inferior?. Algo que sino estoy equivocado prohibe la FIBA expresamente.
Es verdad, no me había dado cuenta que Schuster era alemán…
Pero igualmente creo que esa ley, aunque escrita, no se llevará nunca aabo. En el caso que un jugador no quisiera ir a la selección y le sancionaran yo creo que podría ir recurriendo hasta el Constitucional para que ponderará que ley es más importante: la de la sanción o la de la libertad del individuo (Desobediencia civil, ostias¡¡¡)
A Oleguer creo que tampoco le sancionarían. Pero el hecho que en los periódicos haya salido su probable renuncia seguramente hay hecho que Luis Aragonés ni le llame para no tener otro follón más (me acuerdo que aquella convocatoria llamos a David Navarro. Seguramente la margarita la deshojó aquella posibilidad de renuncia)
A mí me parece que el romanticismo y el profesionalismo, si no están reñidos por lo menos no viajan juntos.
El romanticismo de una Copa del Mundo surgió en un mundo diferente al actual (1930). Hoy en día no se le puede pedir a un profesional que juegue al 100% en algo en lo que no le va mucho en juego. Bar Deportes tiene razón cuando dice que una Copa del Mundo es un buen escaparate.
En el artículo del próximo viernes hablaré precisamente de quién necesita ese escaparate.
Tal vez el mundo esté cambiando y alguien (llámese FIFA o FIBA o similares) vea que las posibilidades de hacer dinero se escapan igual que se escapa entre los dedos de la mano la arena de la playa.
Sobre lo que apunta Dacasán de dar el paso al frente, pienso que es la eterna cuestión del cascabel y el gato. Pero con la proposición de ley de la que hablo puede que empiece a cambiar el panorama y sea más fácil dar ese paso al frente. ¿Veremos entonces una cascada de renuncias? Creo que no.
Voy a echar una poca de leña más al fuego para que la polémica siga abierta. En un deporte superprofesionalizado, donde los equipos más importantes empiezan a ser equiparables a las clásicas multinacionales y donde se cuentan con los dedos de una mano los jugadores que permanecen fieles a un equipo (unas veces los echan y otras se van), ¿TIENEN ALGÚN SENTIDO LAS SELECCIONES NACIONALES? Sí, la parafernalia nacionalista y patrioteril, que en algunos países permanece en sus justos términos pero que en otros raya con lo ridículo, cuando no con el conflicto político.
Quizás será por la falta de tradición, pero particularmente considero ridículas esas selecciones autonómicas, formadas por jugadores que militan en el ciento y la madre de equipos de otras autonomías. ¿Y por qué no hacer selecciones provinciales? Claro que lo curioso es que los equipos tengan nombre de ciudades y luego casi ningún jugador sea de la localidad. Por el contrario, se defiende a capa y espada el tema de las selecciones nacionales.
Cada cual que piense lo que quiera, pero ahí queda la preguntita de marras y mi respuesta puñetera: NO.
El ejemplo más resonante en Arrgentina fue el de Redondo, pero ni siquiera fue el único. Muchos jugadores renunciaron a la selección, aunque más no fuera en partidos amistosos o eliminatorios (porque los mundiales, donde corren los millones y la gloria, todos quieren jugarlos ;)).
¿Es obligación para el jugador ir? No creo. Pero me gusta que lo hagan aunque no los obliguen, no por nacionalismo, que es algo que realmente me tiene sin cuidado, sino porque muestran aunque sea algo de espíritu amateur en medio de tanto profesionalismo.
Hola Nacho,
me parece muy interesante la reflexión que haces sobre la isla de amateurismo en medio del océano del profesionalismo. Tanto, que incluso estoy pensando en un artículo que refleje este punto de vista.
Sobre lo de que los jugadores elijan los partidos a los que acudir o no, me parece una vuelta de tuerca más dentro de lo anacrónico que es la existencia de las selecciones nacionales construidas a base de profesionales.
Me parece positivo que haya selecciones autonómicas. No está mal. Pero, lo que no entiendo es ¿Por qué no juegan entre ellas? Es decir, entre Catalunya y Euskadi o Andalucía y Navarra. No estoy de acuerdo, NUNCA que una selección autonómica juegue competición oficial. Para ello, se tendría que constituir en país (aunque se que existen excepciones consentidas por todas las parte como: Inglaterra, Escocia…).
En cuanto al caso Oleguer, creo que si él no quiere ir a la selección que no vaya. No tiene por qué ser multado. Si él no quiere ir a un mundial peor para él.
Los jugadores que vayan a la selección tienen que ir porque quieren defender los colores de nuestro país.
Sólo me queda decir q los catalanes nacionalistas, vascos nacionalistas que queráis que vuestra selección compita en competiciones oficiales constituiros en un país. Yo os apoyo. Independizaros ya de una vez. Eso, si respetar a los ciudadnos de vuestra comunidad que se sientan españoles.
@ antonioj
He escrito otro artículo más recientemente, titulado “(Sólo para espíritus aguerridos)” en el que trato de dar una visión nada política y sí muy deportiva [el artículo se titula así, con paréntesis y todo, por su extensión, más del doble de lo habitual y por la crudeza con la que se dicen algunas cosas].
Aquí tratamos de analilzar las cosas de un modo más aséptico y menos visceral, sin contaminaciones políticas. En este artículo se analizaba la situación de una empresa deportiva como las SAD del fútbol nacional y se comparaba con otras empresas más “clásicas”.
No creo que sea justo que llegue una selección nacional (ojo, la selección española y la brasileña y la holandesa…; dependerá de los jugadores que tenga el equipo en su plantilla) y te diga que tu trabajador se tiene que ir a trabajar (jugar un partido) a no sé dónde. No ocurre en otros mercados. Y si se ha dado el paso de reconvertir a los clubes de fútbol en SAD hay que respetar todo el proceso y ver al club de fútbol como una sociedad anónima. Y no retirarle a sus trabajadores.
Sobre tu último párrafo, lamento que el dedo no te deje ver la luna. Repito, una cosa es política y otra muy diferente el hecho deportivo. Si dejamos que los políticos utilicen el deporte como arma arrojadiza, los deportistas saldremos perdiendo siempre.
Si lees el artículo que te propongo más arriba, y en especial el último párrafo, verás que son posibles otras alternativas a la realidad que vivimos a diario. Solamente hace falta voluntad de que así sea. Voluntad política, claro; pero porque los Estados han asumido un papel directivo en el deporte. Puede que en el futuro las cosas no vayan a seguir siendo como las conocemos hoy.