Oct 21 2005
De la guerra al juego
Escrito por laaguja | Archivado en: Rojodeporte de elite | sociedad
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el 21.10.2005 (Friday) a las 04:09:06 y está archivado en
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Sí, el deporte es juego y diversión, y cuando es una imposición deja de ser divertido. Pero a lo mejor si hubieran jugado hubiera sido un comienzo para limar asperezas.
Aunque también es posible que hubieran acabado a tortas en la cancha, lo cual no hubiera hecho sino empeorar la situación.
De cualquier forma, habría que mantener la esperanza en el sentido de que el deporte acerca a los pueblos.
Eso, lo que la política ha estropeado que lo arregle el deporte. O peor; lo que han deteriorado los políticos y sus megalomanías que lo arreglemos los deportistas. Para eso nos evitamos un paso y que los deportistas se metan a políticos, que seguro que lo hacen mejor; y de paso que los políticos se metan a hacer deporte que seguro que les viene bien.
La definición que algunos hacen de la política (o sea, que es una forma no violenta de practicar la guerra) viene que ni pintada para el deporte. Salvo las consabidas excepciones, casi siempre están en litigio no dos clubes o diversos competidores individuales sino dos ciudades o dos paises, o atletas de unas u otras nacionalidades. Basta observar el caso Alonso (por citar el último) para darse cuenta del patrioterismo nacional, autonómico y local que nos ha caído. Siempre en oposición (es imposible no tenerla) a otros patrioterismos de allende las fronteras, países y pueblos. A nadie en su sano juicio, excepto a unos cuantos chalados, se les ocurre pensar que Alonso sólo representa a….Alonso y a su equipo de mecánicos, directivos… Y que el Barcelona no es algo más que un club sino -simplemente- unos señores que a título individual se la juegan futbolísticamente hablando en todos los partidos y en el negocio consiguiente. Comprendo que con esta manera de entender el deporte se le está quitando toda la parafernalia y “emoción” que hay cuando el enfrentamiento no es entre Raúl y Pujol sino entre el Real y el Barça, o sea, entre Madrid y Barcelona, o sea entre España y Cataluña, y así sucesivamente.
Pero, en fin, hay causas perdidas desde su origen y ésta es una de ellas. Un deportista o grupo de ellos sólo deberían representarse a sí mismos o al club deportivo que les paga. Lo demás son zarandajas y melonadas que en situaciones extremas sólo conducen al caso que comentas de los iraníes.
Sí, también opino que ese deporte de selecciones nacionales cada día tiene menos sentido. Hace unos años en las novelas de futuro ficción se apostaba por una sociedad dominada por lo que se dio en llamar mega-corporaciones. Los Estados habían desaparecido… Los servicios públicos eran prestados por empresas, multinacionales, holdings… En una palabra: megacorporaciones.
En ese futuro quizá no tan lejano los equipos representarían a las empresas que los construyen a golpe de talonario. Porque el deporte, en ese futuro hipotético (como todos los futuros), tendría un papel muy importante. Básicamente el mismo que tiene hoy en día: entretener a las masas y mantenerlas apartadas de lo que realmente importa. Recuerdo aquella película titulada “Rollerball”… Por cierto, voy a ver si la puedo volver a ver, que creo que me va a dar material para un artículo. ;-)