Nov 18 2005
Haz el amor, no la guerra
Escrito por laaguja | Archivado en: Rojoolimpismo | prevencion
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el 18.11.2005 (Friday) a las 23:50:00 y está archivado en
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¡Las crónicas del corazón que nos esperan para Pekín…! ¿Saldrán a relucir viejos mitos de la relación deportiva interdisciplinaria?
¡Cuidado, Leonardo!, que has dado en la diana. En Pekín las autoridades no son nada permisivas con ciertos aspectos, como ya apuntaba en un artículo del año pasado (creo que lo titulé “Made in China”). Es de esperar que tengan que hacer la vista gorda en el villorrio olímpico. Investigaré cómo se contempla la homosexualidad en China desde el punto de vista legal. Pero como decía el año pasado, los positivos por dopaje y la ley china en materia de drogas… Qué más confirmación que un positivo en un control antidopaje.
¡Pero a quién se le ocurre conceder la organización de unos Juegos Olímpicos a un país en el que existe la pena de muerte…! Claro, que por esa regla de tres, a los USA tampoco deberían habérselo concedido.
Vade retro, Satanás. ¡Hablar de sexo en el deporte! ¡Y encima en el olímpico, esa gente tan sacrificada y resignada que sólo piensa en colgarse la medalla!
Si es que pongo la minipimer de la memoria a trabajar y no recuerdo haber leído en toda mi vida periodística (leída, radiada o televisada) más allá de dos vaguedades sobre el sexo de nuestros deportistas. Debe ser que están a todas horas entrenando y no tienen tiempo. A lo máximo, alguno o alguna se descoca un poquito, aunque siempre para una causa justa. ¡Con esos cuerpazos que tienen y que -como los raquíticos nuestros- también se han de comer los gusanos! Vamos, es que daría el testículo derecho por ver en pelota picada a todo el medallero olimpico de la ultima hornada y a media representación de la familia hispana. No es por nada, es que -aquí llega la moraleja- yo creo que se dicen menos tonterías y vaguedades cuando uno/a está como dios le trajo al mundo. Y si se dicen, se notan en seguida. Por eso mi aspiración es que todos los personajes públicos (incluidos los deportistas más famosos y, naturalmente, los políticos y gobernantes los primeros) deberían presentarse ante el respetable pagano (el populacho) sin más rebozo que sus propios michelines y pliegues epidérmicos. Seguro que con esta “vestimenta” luciría mejor el mundo. Pero mientras que llegan los focos a las partes de cada cual, dejemos que al menos en la trastienda (o sea, en la villa olímpica) se refocilen bien refocilados nuestros efebos y efebas. Aunque sea con un aquí te pillo, aquí te mato, que en tres minutos me van a llamar para que me suba al autobús que me llevará al estadio. Y lo de los aros olímpicos acondonados, es una excelente idea. Visto todos los que se usan en unas olimpiadas (los que se han podido contar…) … qué menos…
Leyéndote me recuerdo (de haber leído, que soy viejo pero no tanto) que en los antiguos Juegos Olímpicos los atletas competían desnudos. Siempre me imaginé que en las carreras sería un tanto doloroso, pero no he encontrado a nadie para preguntarle qué opinaba sobre el particular. Es de suponer que en aquella sociedad quizá algo machista las chicas no compitieran. Una lástima, aunque no sé yo si en canto o en poesía (que también eran parte de algunos Juegos de la antigüedad) podrían participar las féminas y si también en estas pruebas se concursaba desnudo.
Sea como fuera, secundo la moción de mi amigo Juan Puñetas y pido que los próximos Juegos Olímpicos (los próximos no, los otros, que estos primeros serán los de invierno) todos los participantes concursen como en la antigua Grecia: desnudos. Seguro que el índice televisivo ese subíría a ratios cercanos a los cien puntos.