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La situación que denuncias (generalizada en casi todas las otras profesiones) es fiel reflejo de un sistema económico que -siendo el menos malo de los conocidos- está basado en el abuso y en una falta completa de escrúpulos. Ni gobiernos de izquierdas, ni de derechas, ni sindicatos ni nada de nada. El temporal nos barre a todos, a veces, con la complacencia de los citados. Incluso las mismas administraciones actúan en idéntica dirección, con una hipocresía alucinante. Será por eso que el trabajo bien hecho y el amor al mismo brillan cada vez más por su ausencia. Entre el sistema educativo que está hecho unos zorros desde hace ya la tira de años y el sistema económico que nos estruja y exprime como a los limones, lo llevamos claro. Y lo peor es que, ¿qué otra opción hay por escoger, que sea un poco menos lesiva que la actual? A ver si hay por ahí algún Diógenes que nos ilumine un poco..
@ contrapunto
He removido el segundo comentario que aparecía aquí y que era de un amigo de la casa. Le había hecho llegar “off the record” (que dicho así queda muy rimbombante) el borrador de otro artículo para “irle abriendo boca”; el hombre entró en la bitácora convencido de que se había subido el artículo e hizo el comentario sobre lo que él había leído. Así pues, lo editaré cuando publique ese otro artículo.
@ Juan Puñetas
Creo que la regulación del tema laboral es una asignatura pendiente dada la multitud de oficios a regular y la picaresca proverbial de este país nuestro. Lo grave es esa especie de chantaje que uno sufre. Si protestas te ponen la crucecita; si tragas te queda esa sensación amarga…
Si las Administraciones pagaran ese plus de calidad que se reclama en el artículo conseguirían comenzar a dignificar esta profesión del entrenador de base.
@la_aguja
Lamento el lapsus al que haces referencia.