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Te hago una corrección políticamente correcta (o sea, gilipollesca), visto como está y viene el percal: “País de catetos y catetas”. No discrimines a las féminas, hombre, aunque en este caso sea para ponerlas también a parir. (Jo, menudo chiste me ha salío…). Viendo el caso de Llanes con la alcaldesa y la concejal de deportes, el chiste se comprende: ¡hay que ponerlas a parir y no retoños, precisamente! (Otro inciso: supongo que la concejal de deportes la habrán escogido porque le gustará algo el deporte y, lo más importante, lo practicará, ¿no? O digo yo que al menos leerá el Marca…).
Escribía Machado en su famoso Juan de Mairena hablando de la España que entonces le tocó sufrir (en el fondo no muy distinta de la de ahora, salvo
(perdona, le di a una tecla equivocada y se rompió el comentario, que ahora prosigo…)
en lo del manduco, la lavadora, las teleles y algunas cosillas más) que “el paleto perfecto es el que nunca se asombra de nada; ni aún de su propia estupidez”. En eso continuamos y estamos. En eso están las ediles de Llanes o, niveles más arriba, un suponé, los listillos del Supremo para los que “pegar a un compañero del trabajo no es causa suficiente de despido, pero sí por infringir la nueva normativa del tabaco”. Reconozco que si los cuarenta millones de gente que vivimos en este país o cortijos varios tuviésemos todos el complejo del salmón, mal nos iría. Pero es que andamos más cerca del otro extremo, ese en que paletamente vamos por donde les da la gana a los políticos, los medios de masas y los que cortan el bacalao, la electricidad, el gas, la telefonía, la banca y etc. Y en el deporte, los que fabrican el monocultivo del furbo y poco más. Todos por la misma senda y el mismo carril, aunque creyéndonos los más exclusivos del mundo.
Así que sigamos confiando en los milagros y que cada década nos salga un genio de algún que otro deporte. Por cierto, ayer, España 3 Costa de Marfil 2. Tanto dinero y pasión embarcadas en el furbo y el futbolín y luego somos incapaces de golear a un equipo del tercer mundo. Y es que tenemos una selección española de catetos, como no podía ser menos. Al final vamos a acabar haciendo todos de Alfredo Landa en los años del despelote. Mucha calentura, mucho de boquilla, mucho calzoncillo suelto pero ná de ná, ni un rosco ni una rosca que llevarnos al paladar…
Ah, si no has leído o hace ya tiempo el “Juan de Mairena” de Machado, te lo recomiendo. Por él no sólo no pasan los años, si no que -como los buenos vinos- mejora con ellos. (Último inciso: ahora que ya no está de moda Machado es el momento más apropiado de volver a él. Ya sabes: el complejo del salmón…)
Pues no conocía el libro y te agradezco la atención. A buen seguro que lo leeré. Por aquí solemos leer también a otro salmón: don Miguel de Unamuno.
En el solar patrio, que se decía en tiempos del dictador, se ha perdido ese saber hablar, saber discutir (que no reñir), saber expresarse…
Ahora hay mucha prepotencia. Un concejalillo o concejalilla de tres al cuarto manda más que un diputado regional e incluso que un diputado nacional. Tiene más poder; tiene poder de ejecución. Algunos de estos borreguetes y borreguetas han pasado por la “Uni”, pero ya sabes cómo pienso al respecto. La vía académica no es la única vía para adquirir conocimientos, y además encasilla y cuadricula el pensamiento. Se ha perdido la figura del autodidacta, otrora ensalzado como demostración del esfuerzo y la superación personal.
Llegará Alemania 2006 y no rendiremos, pero habrá disculpas. Llegará Pekín 2008 y no rendiremos, pero los culpables serán los deportistas que no se han dejado la piel en el estadio (¿recuerdas las declaraciones del infame Odriozola poniendo a vivir a la selección de atletismo?). Pasó Turín 2006 y María José Rienda era un farol.
En España, país de escapularios, las únicas medallas que nos ponemos son las de la virgencita del peloteo y el cristo de la foto.