El intervenir del Estado: [la crítica]
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Elemental, querido Watson: control del dopaje ajeno (en pruebas deportivas privadas), delito as pruebas físicas que el propio Estado realiza, ni impone controles antidopaje ni sancionará especialmente al infractor.
(Un manotazo sin querer al teclado y comentario cortado y enviado. Cosas de la técnica que no entiende de fallos humanos. Empiezo de nuevo).
Iba a decir, y digo ahora, que como siempre el Estado (es decir, los que lo dirigen y mangonean) juega con dos varas de medir. Está bien eso de convertir en casi un delito el dopaje en una prueba deportiva “privada” mientras que en la selección de su personal hace la vista gorda. Típico de estos que aplican la mantequilla a las dos caras de la misma tostada. El caso es meter el hocico en todas partes, con el cuento chino del control social y tal. No diré que no sea conveniente un Estado y fuerte, que lo es, pero dicha fortaleza es inversamente proporcional a la ocupación e intromisión en la vida privada del ciudadano. Por eso estoy contigo en que el mundo del deporte debe bastarse para poner en su sitio a los tramposos, castigar a quien estime oportuno según las reglas que fije y plantar cara al dirigismo estatal representado por los voraces políticos de uno y otro signo. No dudo que a veces deba intervenir en casos concretos cuando la autorregulación sea nula por casos de corrupción o estupidez (véase el asunto de la violencia en los campos de fútbol, tratada por los Comités y clubes como si de jueguecitos pacifistas se tratase), pero la norma general debe ser dejar que cada cual gobierne su casa siempre que no afecte a la del vecino y no haga mal a nadie más que a sí mismo.
A lo mejor estamos equivocados en esta apreciación, pero creo que es preferible equivocarse en ciertas cosas a estar acertando en otras. No sé si me explico. Y es que uno empieza a estar harto de tanto meapilas de derechas, centro y de izquierda que pretende meterse hasta en el color que deben tener nuestros calzoncillos (y bragas). En esta dirección vamos en este país cortijeril de mal en peor. Si no te controla el Imperio (los USA) con su escalofriante poder cultural y económico, lo hace la Unión Europea con sus directivas y reglamentos. Después tienes al gobierno central de turno que también se quiere llevar una buena tajada de nosotros. De lo que va quedando se ocupa el gobierno autonómico. Si todavía queda algún trozo de tu piel sin intervenir, allá que vendrá el poder provincial y local a apropiárselo y cobrárselo (siempre por tu bien y en tu bien, faltaría más). Y así llegamos al último escalor de poder: el jefe, la asociación de vecinos y hasta el presidente de la comunidad del bloque, je, je. Añade después los medios privados, que viven de tus despojos (las telecacas, los mass media, los curas…) y tararí que te vi, del Puñetas y de don Luis no quedan ni las migajas salvo que nos salgan un poco casquivanos y atravesaos.
Bueno, tras esta disertación puñeterofilosófica, sólo queda decir que encima seguimos siendo quijotes de la nada. Nuestros políticos parásitosos nos quieren convertir en conejillos de indias siendo los más avanzados en según qué cosas. En otras vamos a contracorriente y a la cola. Ya te digo: el único momento libre que nos va a ir quedando es ese en que vamos al retrete y cerramos la puerta bajo llave para poder evacuar a gusto sin interferencia alguna. (Yo, de paso, me leo veinte páginas de un libro, convirtiendo así el asunto en un bien cultural). Aunque ya se inventarán algo para asaltar la última fortaleza de libertad que nos va dejando su avaricia de dominio. Ahora están muy ocupados en la ocupación de la azotea deportiva. Y la harán suya con el beneplácito de la afición y el aplauso de los corifeos de rigor.
Pues sí. Estos políticos con ganas de promoción, proyección y autobombo no dudarán en utilizar el deporte como plataforma o lanzadera.
Pero me temo que el que juega con fuego acaba quemado. Y éstos no sé yo si no acabarán abrasados. Hace tiempo que vengo observando que el CSD ha comenzado a ocuparse del deporte profesional, como si ya tuvieran hechos los deberes en todas las otras parcelas del deporte.
Pero claro, el deporte profesional y el espectáculo deportivo es el que sale en los medias. Mientras, el equipo juvenil del barrio subsiste.
¿Cuándo se darán cuenta de que son muchos barrios y de que es posible ayudar a todo el deporte con menos esfuerzos y disgustos que el meterse a fregar esta olla gigantesca -como aquellas de la “mili” en las que un tipo se metía dentro para fregar la olla cuando tocaba- que es el deporte profesional? ¿Cuándo pensarán en legislar de forma que dejen que el deporte profesional se auto-regule y se auto-financie sin que Papá-Estado tenga que intervenir siempre en socorro de lo que acaban de romper?
Ahí tienes la cuasi-suspensión de pagos de la Liga de Fútbol Profesional. ¡Increíble! Y les hubieran dejado seguir jugando como si tal cosa. En otros ámbitos, si una empresa cae en suspensión de pagos se acabó su actividad económica. Y es que han estado viviendo de prestado.