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Espinoso tema el que propones.
Si bien es cierto que no encuentro explicación para que se cierre una carretera con motivo de una prueba deportiva (ciclismo, atletismo, rally…), estoy seguro de que si alguien rascara en esa llaga se acabaría aprobando una ley expresamente para consentir el cierre de cualquier carretera.
Pero de verdad que me has dejado pensando. Algo tiene que haber por ahí aparte de la autorización pertinente de la autoridad competente…
Más que espinoso yo diría que es escabroso (atendiendo al DRAE: 3. adj. Peligroso, que está al borde de lo inconveniente o de lo inmoral).
Ahora bien, aborda el tema desde una perspectiva nueva y sobre todo real, y entiendo que eso es lo que debe hacerse en un Estado de derecho.
Me temo que quien se vea sorprendido por una vuelta ciclista no le quede más remedio que armarse de paciencia, aunque se pisoteen sus derechos. El derecho al pataleo, que se dice por ahí.
Hombre, tampoco nos vamos a poner de puristas, como para prohibir cierres de carreteras por alguna que otra vuelta ciclista o prueba de maratón y tal. (Aunque con el cierre disminuye el tráfico rodado y desciende el número de muertos en carretera. Si es que todo tiene sus pros y contras). Ahora, lo menos que se puede y debe exigir es que desde al menos una semana antes, se avise del cierre por tierra, mar y aire para que todo quisque lo pueda conocer y evitarse pérdidas personales tanto o más dignas de consideración que la celebración de una prueba deportiva. Y si no lo hiciesen así, debería poder exigirse daños y perjuicios a tan ineptos y desconsiderados organizadores. Y los politiqueros, en vez de estar rascándose los cataplines, bien podrían legislar en esta dirección para que el derecho del ciudadano estuviera salvaguardado y el deber del patrocinador u organizador de la prueba deportiva también estuviera perfectamente delimitado. En un país en que estos rascahuevos no hacen otra cosa que evacuar leyes todos los días en plan diarreico, sin preocuparse de poner luego los medios para que se cumplan, bien podrían seguir con la tradición y sacarse de la entrepierna esta medida proteccional del bolsillo e intereses del ciudadano medio que pierde una oposición o una cita amorosa de la máxima urgencia histórica porque a unos cuantos pringaos se apropian de la carretera para uso y disfrute de su negocio, sin avisar antes sobre el particular al resto de los mortales.
@ el clavo
Pues no sé qué puede haber por ahí. Creo que lo único que existe “legislado” es la Ley de Seguridad Vial y su Reglamento de Circulación. Y creo recordar que lo único que dice es que para la celebración de pruebas deportivas ha de exitir autorización del organismo competente, que obviamente es la Dirección Provincial de Tráfico en caso de que la prueba discurra en una sola provincia.
Pero hablo de memoria… Seguro que tú tienes razón. En vez de construirse circuitos es mejor utilizar las vías públicas, y si alguien indaga y rasca —como muy bien apuntas— se aprobará una disposición autorizando el cierre de carreteras. A no ser que quien rasque e indague lo haga desde ciertas instancias.
@ contrapunto
Sí, supongo que el recurso al pataleo es lo que queda. Pero es curioso que se construyen instalaciones especiales para la práctica deportiva —circuitos, estadios y velódromos e hipódromos— y todavía se siguen utilizando las vías públicas. En realidad si se prohibieran las pruebas deportivas en las vías públicas nos cargaríamos la maratón. Y el París-Dakkar, y otras pruebas que mueven mucho en la economía particular de unos cuantos.
El día que un vehículo de emergencia —ambulancia o camión de bomberos— tenga que detenerse y llegue tarde para salvar vidas humanas por culpa de una carrera ciclista el tema pasará a depender del quién o/y del cuántos.
Tal vez es que no haya una solución para esto. Pero mi interlocutor tiene razón en un aspecto. La ocupación de las vías públicas era algo “soportable” y hasta “simpático” cuando no había apenas tráfico rodado. Pero las circunstancias han evolucionado. Y es de esperar que las leyes y los permisos se adecuen a la realidad actual.
@ Juan Puñetas
Pues creo que no hay nada escrito sobre los avisos a la población. Creo recordar que todo queda en manos de los ayuntamientos por los que transite la prueba. Y ya sabemos cómo están nuestros ayuntamientos, cargados de trabajo. Nuestros alcaldes y concejales de deportes —usualmente ocupa este cargo el menos apto— están sobresaturados de trabajo como para informar convenientemente a la vecindad.
En caso de pruebas de ámbito regional me parece que todo se fía a la sección deportiva de los diarios. Como mucho, si alguien consigue forzar la maquinaria, se derivará todo al Boletín Oficial de turno, y así la Administración pública quedaría a salvo de responsabilidades.
Pero ya me dirás quién lee a diario los Boletines Oficiales… Y no me parece que sea de recibo obligar a la población rodante a leerse todas las mañanas la sección deportiva de la prensa provincial para saber si ese día habrá o no prueba ciclista.
A mí me parece que el asunto éste es mucho más complejo de lo que parece. Una de esas cosas que nadie toca porque “siempre se ha hecho así”.
La tradición, ya sabes…