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“nadie puede tomarse la justicia por su cuenta”
“bien pudiera haberse desquitado llamando al defensa finocchio”
¿eso no sería tomarse la justicia por su cuenta?
Tal y como lo he redactado, y en sentido estricto, tienes toda la razón; responder a una ofensa puede ser considerado hacer justicia si con ello el ofendido se da por satisfecho.
La frase “tomarse la justicia por su mano o por su cuenta” significa lo que se puede leer en el enlace.
Responder verbalmente a una ofensa no creo que pueda ser considerado un “castigo”, mientras que sí contemplamos la agresión física como tal. Y en ese sentido caminaba mi razonamiento.
Te agradezco la reflexión. Y pondré mayor cuidado en mis escritos.
No deja de llamar la atención que “un Zidane” haya hecho eso en la circunstancia en que se encontraba; considero que algo debe tener que ver su condición de jugador a punto de retirarse (a cual le atribuyo a su vez muchas de las bondades que realizó en la Copa).
Sin duda un gran jugador que perdió su tren hacia la posteridad en la última estación. Y que en vez de aguardar para coger el siguiente se ha lanzado a las vías para enturbiar su retiro.
En mi opinión, y si no corrige su discurso en estos días, Zinedine Zidane será otro juguete roto, como filmó en su día Manuel Summers.
Cuando estoy cerrando el kiosko hasta septiembre (me has pillao haciendo el traslado del botijo), lo del Merlín Zidane y el Monstruo de las Galletas Materazzi sigue causándome un enorme sonrojo, aunque el numerito era esperable en estos protagonistas u otros. Es una fruta más de ese árbol podrido que es el fútbol. No por el deporte en sí, que es dignísimo de practicar, si no por todo cuanto le rodea: desde la tira de impresentables aficionados al lamentable periodismo deportivo-futbolero, pasando por los dirigentes y, como no, los propios jugadores.
O sea, que esto del fútbolín está absolutamente desquiciado, subnormalizado y neurotizado. Si Zidane, al que todo el mundo tilda de excelente persona y de caballero, es capaz de hacer lo que hizo en la final del mundial, con su ya dilatada experiencia, en el partido de su adiós, jugándose la gloria deportiva su país y cuando seguía el encuentro el mundo entero, a mí es que sólo se me ocurre decir que todo es mentira, que el tipo es manifiestamente mejorable, que ha sido expulsado otras muchas veces, que es un inmaduro, un inconsciente y que yo no ponía mi chaval en sus manos ni harto de vino. Palabras duras, lo sé, pero creo que ya está bien de dorar tanto la píldora al personaje. Que, por cierto, se podría llamar Figo, cuando en un partido de jornadas atrás pegó un cabezazo a un jugador norteamericano, algo más discreto, pero cabezazo directo a la cara del rival. Allí no pasó nada porque allí nadie quiso ver nada. Estos Zidanes y estos Figos y estos Mazerattis y tantísimos otros especímenes son lo que hay porque eso es lo que da el fútbol. Niños inmaduros, analfabetos, caprichosos, maleducados y consentidos, a los que habría que llevar a la escuela nuevamente, y a algunos hasta a un correcional de menores. “Lo siento por los niños que me han visto” ha venido a decir el mago del balón y el mendigo de la deportividad. Personalmente estoy hasta el copetín de tanto “lo siento…, lo siento”. ¿Pero estos tíos cuando piensan? ¿Pero saben medir las consecuencias de sus actos y la responsabilidad que como figuritas de papel couché tienen en la opinión pública? ¿Pero qué es eso de que es normal que se insulten los unos a los otros en el terreno de juego? De verdad que esto es de psiquiátrico y allí mandaba a más de una figurita emblemática del futboleo para que le ayuden a recuperar la cordura y la sesera. El buen hombre no se arrepiente del cabezazo. Eso sí, ha sido muy alabado que haya salido en unas imágenes con una biblioteca de fondo. Seguro que se la ha leído toda entera, no te fastidia… En fin, que el fútbol debería ser clasificado espectáculo XXX (ya hice un artículo al respecto en el Arco), los niños no deberían acudir al mismo si no acompañados de su abogado (para poner una denuncia, claro, a la más mínima bordería) y me niego rotundamente a calificar de civilizado un deporte en el que ni siquiera el banderín de corner está limpio de polvo y paja.
Y ahorita, sí, empiezo mis vacaciones bitacoriles y de las otras. Y el que quiera dar cabezazos, que se los dé contra la pared. Eso decía mi agüelo, que era un tipo mu educao y nada primitivo, pese a su escasa cultura académica. No como otros que yo me sé. ¡Hasta Septiembre!
Una vez más, tu comentario supera a mi artículo.
Que pases un feliz verano, amigo, y aguardo con impaciencia a que llegue septiembre para seguir disfrutando con tu satírica lectura y tu docta opinión.
Hay detalles que no se les puede perdonar ni a los genios…sobre todo las que son a causa del genio.
Un placer volver a comentar por tu sitio.
Un saludo
Pues sí, Javi. Adaptando aquella inmortal frase, podemos decir de Zidane que “lo que ha hecho con los pies lo ha desbaratado con la cabeza”.
(La frase en origen quiere decir que alguien, por torpeza, destruye en un momento lo que ha contruido con tiempo y dedicación, y reza así: lo que hace con las manos lo desbarata con los pies).
Que tengas un buen verano.
Zidane es un cerdo, no es la primera ni la segunda vez que lo hace. Lo raro es que no le pinchara con los cuernos.
La verdad es que se ha ido por la puerta de atrás.
A mí lo que me disgusta es que están apareciendo una serie de abogados que basan su defensa en que el galo fue provocado.
Pero si hubiera sido Materazzi el agresor y Zidane el provocador, me temo que a estas horas estaríamos oyendo que hay que saber controlarse, y que esas burradas se dicen en todos los partidos.
Tengo la sensación de que no se medirían ambas acciones simétricas por el mismo rasero.