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Debe considerarse dopaje todo aquello que menoscaba la salud del deportista, bien por sus efectos secundarios, bien porque cree adicción, bien porque tenga repercusiones a largo plazo.
En esta línea, si algo recupera a un deportista, es saludable y por lo tanto estará permitido.
No obstante afinas mucho, como siempre que tocas estos temas, con el asunto de las recuperaciones que dejan al deportista en condiciones más óptimas que antes de caer en la lesión.
Aguardo la resolución del próximo artículo ;-) .
Pero lo que nos falta, amigo clavo, es la confirmación de ese menoscabo para la salud del deportista. No existen estudios fehacientes. Nos tenemos que creer que TODO lo que nos dicen que es dopante es perjudicial para la salud del deportista. Quizá sea por mi actitud de incrédulo, pero no hay datos.
En el otro lado de la barrera hay gente que dice que algunos productos no son más perjudiciales que otros fármacos que HOY sí se permiten tomar.
Evidentemente existen productos perniciosos que nadie pone en duda el perjucio que pueden ocasionar.
Pero de esta intolerancia hacia el dopaje sólo salen beneficiados los que tienen más medios.
Pero me has dado una idea para enfocar un próximo árticulo. Te lo dedicaré ;-) .
Dinero público para favorecer a los deportistas de élite. Paga la Junta de Andalucía y el CSD con el dinero que nos “sobra” a los currantes y lo piensan destinar hacia gente que, por ser de élite, gana en un año lo que los paganos no metemos en la hucha ni en toda nuestra vida. Jodé, y esto lo hace un partido que se llama psocialista y obrero. Supongo que la redistribución de la riqueza y la renta es cosa de gente antigua y cavernícola. Yo mismo necesitaría una ayudita si es que sacan algo en limpio de la investigación, pero como no soy deportista de élite, tarari que te vi. Claro que lo que está por ver es que la investigación sirva para algo (es para un año) y no sea otro elemento más de propaganda descarada -como el timo de la Primera y la Segunda Modernización- de mi camarada Chaves, que el tío donde pone el ojo pone el anuncio y la trola. Si éste gobernara en Hungría, haría veinte años que ya lo habrían hecho dimitir o le habrían descalabrado el cabezón. En fin, aquí se mueren en los hospitales de tres en tres por habitación en las horas punta, pero todo lo que huele a células madre lo tienen bien amarrado y publicitado. ¿Y sabes el porqué de esta obsesión? Pues me malicio que quieren implantarlas a don Manué para que nos siga gobernando felizmente durante otros veinte años y un día. Con una oposición que no sabe hacer la o con un canuto y una ayudita de la ciencia gracias al doctor Soria, alcanzaremos la Novena o Décima Modernización en los próximos años bajo la atenta vara de mangoneo de mi compadre.
Hombre, te puedes apuntar a algún torneo de veteranos. Y si destacas en el plano internacional tal vez te puedan etiquetar como “deportista de alto nivel”. Algo así como cuando nos dijeron en la mili que éramos propiedad del Estado mientras estuviéramos en el cuartel o/y vestidos de militrontxo.
Lo que ocurre es que se van cerrando círculos: el interés del Estado en destacar internacionalmente con un “nosotros fuimos los primeros” por un lado; el interés de los becarios en hacer un descubrimiento de renombre que los sitúe en el ojo adinerado de ciertas multinacionales que ven en el deporte un maná; la indolencia del gran mogollón que formamos los contribuyentes; las ganas de destacar del listo al que la historia ha puesto en posición de aprovechar estas sinergias; el adoctrinamiento de los organismos internacionales que nos dicen que esto es dopaje y la sociedad decimos que amén porque no sabemos si esta jota lleva puntos…
En fin, que en mi línea de descreimiento he parido este artículo del que posiblemente sus secuelas me lleven —me están llevando de hecho— por la senda de la inducción.