Sep 06 2006
Insólito, inédito, inaudito
Escrito por laaguja | Archivado en: Verdesociedad | los medias
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el 06.09.2006 (Wednesday) a las 00:18:50 y está archivado en
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Para mi es demasiado importante la cantidad jugadores que han renunciado a jugar el mundial que me es imposible no tenerlo en cuenta a la hora de valorar esta medalla de oro. Tú en cambio, apenas lo tienes en cuenta. Tampoco tienes en cuenta que los futbolistas tienen que aguantar continuas faltas de respeto por parte de los medios y aficionados cada vez que no consiguen el resultado esperado, muchas más que cualquier otro deportista, y eso hace que estén mas quemados y su comportamiento fuera del campo no sea siempre el más correcto.
Estos gigantes del baloncesto según tu opinión, aún no han demostrado su valor en la NBA. Hasta Gasol es criticado por el presidente de su equipo porque no responde en los momentos claves de la temporada. Han sido los mejores de este mundial, pero no son los mejores del mundo.
Por último, la culpa no haya más aficionados al baloncesto en nuestro país la tiene la NBA, no el fútbol. Al público le gusta ver a los mejores de cada deporte, y en baloncesto los mejores juegan al otro lado del charco. Tanto la ACB, como el resto de ligas europeas son como la segunda división del baloncesto y así es más difícil conseguir el interés del público.
Puede que tengas parte de razón; e incluso puede que tengas toda la razón.
Pero ello no justifica que los seguidores del fútbol hayan saltado, como han saltado muchos, en una especie de defensa a ultranza de no sé qué intereses que al final no les incumben.
Guste o no guste, éste es el momento del baloncesto. Y guste o no guste, dentro de dos o tres semanas, todo se habrá olvidado.
Lo preocupante, al menos para mí, es la sensación que tengo de que muchos aficionados al fútbol han reaccionado como si hubieran recibido una ofensa. ¿Envidia? ¿Resentimiento? ¿Frustración?
Que una parte de un subconjunto de la sociedad española reacione así a mí me deja intranquilo. Y el efecto observado no sólo ha ocurrido en las bitácoras. Lo estoy viendo a diario en las tertulias de los centros sociales españoles por antonomasia: los bares.
Repetiré una vez más lo que vengo diciendo desde hace tiempo.
Son profesionales, son millonarios, y ni siquiera saben que existes: el destino que tenga tu vida les trae sin cuidado.
Yo al menos les pago con la misma moneda. Quizá porque nunca he sido mitómano.
Creo que ya llego tarde al debate. Pero aún así quiero añadir que a mí también me parece algo insólito lo que está ocurriendo.
Que unos aficionados a un deporte hayan saltado a la palestra defendiendo a sus ídolos, cuando éstos no han pedido defensa, ni falta que les hace, solamente porque otros profesionales han conseguido una machada y ha habido una más que lógica comparación es algo que debería ser estudiado por los servicios de salud mental del país, si es que existe ese observatorio.
La gente está ya más que harta de tanto rollo futbolero y de tanta gaita aragonesa. A ver si las cosas empiezan a cambiar en este país, que dentro de dos años volverá a haber escasez de medallas olímpicas, y diremos que la iniciativa privada no apoya al deporte español.
Toma, claro. Si no hay cobertura mediática, no sé cómo diantres la empresa privada va a apostar por el deporte en general.
Así que, ¡hale!, a repartir la pasta de los medias entre todos, que ya está bien de tanto fútbol y tanto patadón y tente tieso.
Y el que quiera seguir aguardando a ver si la selección de fútbol gana un premio, que se siente a esperar donde no estorbe (y calladitos).
Pues tienes toda la razón. Espero y deseo que el panorama cambie, como le respondo a Juan más abajo. Pero me conformaría conque cambiese el apoyo de las Instituciones y de las Administraciones.
Que se dejen ya de apoyar económicamente al fútbol, en la mayoría de los casos en detrimento de otras modalidades. Indefectiblemente, los patrocinios seguirán el mismo camino.
Viendo la defensa casi numantina (en plan Capello, vamos) que algunos seguidores del fútbol están haciendo de los éxitos “cero patatero” de la selección española y minusvalorando, en cambio, lo del baloncesto, tengo el presentimiento de que los responsables (los de los despachos y los que juegan en el campo) pueden seguir durmiendo tranquilos. Celebro el conformismo, signo de sana beatitud y espíritu crítico. Cuando uno piensa que de los 1001 goles que lleva marcados a su favor la selección, sólo UNO ha servido para ganar una copichuela, se imagina que un ejército de aficionados desencantados está pensando en pasarse del futbolín a la petanca o a la colombicultura, pero parece que para muchos defensores a ultranza de la desertizada selección española, lo del Santo Job se queda pequeño al lado de la paciencia y confianza que tienen con los “nuestros”.
Por cierto que aquel famoso gol de Marcelino, por haberse producido en el franquismo y contra la URSS, más de un demócrata de la pasarela Cibeles -o sea, de pacotilla- lo tiene repudiado, con lo cual para algunos llevamos 1001 goles que no han servido para nada. Algo de lo que muy pocas selecciones pueden presumir.
Escribe Angel Antonio Herrera en El Mundo: “De entrada lo que se ve es que los de baloncesto miran el mundo desde los dos metros cumplidos, y los del fútbol los miran desde un Porsche. (…) Es fácil y casi perverso hacer ahora la cuenta millonaria a favor de los deportistas frente a los del baloncesto, pero uno quisiera ir más allá para apuntalar que nos asomamos a dos distintas razas de deportistas y, por tanto, a dos modos de estar o no estar en el mundo”. Quizás no le falte razón.
Deseo y espero que con toda esta polémica algo cambie en este país. Quizá algunos despierten a la cultura deportiva.
En estos días los chicos del hockey hierba están jugando el campeonato del mundo en Alemania. Y acaban de empatar a dos ante Pakistán, complicándose un tanto la clasificación. Los partidos se retransmiten en directo por Todo-Deporte. Los que supieran algo del asunto que lo digan.
Las chicas jugarán su torneo mundial entre el 27 de septiembre y el 8 de octubre en… ¡Madrid! (enlace a la RFEH).
Lo de la litrona y el botellón tendrá solución con el paso del tiempo y el cambio de cultura borrego-juvenil. Pero esta historia del todo-fútbol ha durado ya demasiado (al menos para mi gusto).
No sé si habrá vida después de la vida, pero sí sé que hay deporte después del fútbol.