Oct 03 2006
Muerte de un deporte
Escrito por laaguja | Archivado en: Moradofederaciones | deporte profesional
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el 03.10.2006 (Tuesday) a las 00:31:23 y está archivado en
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Qué cosa más tonta un deporte sin deportividad. Como un cantante afónico o un pianista con un brazo en cabestrillo. O como un payaso sin la cara pintada.
En fin, que si se institucionaliza esto de no tener gestos deportivos con el rival la cosa pierde su sentido.
Qué bonito cuando un equipo echa la pelota fuera y pierde la ocasión de atacar para que un rival sea atendido. Y qué ovación cuando el otro equipo devuelve la pelota cortésmente.
La pena es que hasta los críos acabarán haciendo lo mismo en los partidos del barrio.
Buena reflexión. Es una pena que por mímesis, los niños acabarán haciendo lo mismo. Incluso me atrevo a aventurar que lo harán por indicación de algunos entrenadores descerebrados, que por desgracia abundan en el fútbol.
¿Será que abundan porque en las federaciones de fútbol no exigen titulación alguna para entrenar al equipo de estrellitas del pueblo o del barrio?
El problema viene porque -previamente- los jugadores, técnicos y aficionados, con tal de ganar, admiten todo tipo de trampas y desvergüenzas. Todavía tiene uno que escuchar a estos tipos que ojalá ganaran el partido por 1 a cero, de penalty injusto en el minuto 90. Y se quedan tan anchos. Con esto de las cámaras los teatreros -la inmensa mayoría- han quedado al descubierto. Les arrean una patada en el tobillo y se llevan las manos a la cara, retorciéndose de dolor (y supongo que de risa) en el césped. O, a lo peor, es que los tíos no saben donde tienen la cabeza y el tobillo, tan ignorantes como son muchos de ellos. Y así llega un momento en que siendo todos unos mentirosos compulsivos, algunos realizan otra vuelta de tuerca: seguiremos con la mentira, pero ahora sólo saldrán adelante los más fuertes.
Y para apagar el fuego, como dice nuestro afintrión, le echan más fuego. Claro que con unas reglas y normas de juego de los tiempos de María Castaña, ya me dirán qué se puede hacer. Si, como ya he escrito varias veces, en un campo los cien mil espectadores están viendo por las pantallas del estadio que la pelota ha botado dentro de la portería y el árbitro (que también las puede mirar) dice que ha votado fuera. Oye, y se queda tan ancho… Si es que el furbo actual es la repanocha…
Creo que son muchas las cosas que ahondan en detrimento del fútbol.
He leído que el “Tonto-el-haba de Hortaleza” se ha repetido diciendo que hay que ganar el próximo partido “por lo civil o por lo criminal”. ¿Incluirá este hombre las trampas en eso de “lo criminal”?
Pues nada, nada. Que se tiren al suelo cuando vayan ganando o que sigan jugando cuando el rival yazca herido en el suelo si van perdiendo. Y es que al final, cada cual cogerá la parte de la página que más le convenga en cada caso.
Coherencia argumental creo que le llaman a eso.
Particularmente considero que lo conservador que es el reglamento de fútbol con respecto a sus modificaciones proviene de la intención de que se mantenga para que se pueda jugar en cualquier parte (de un estadio profesional a un campito informal) de igual manera; creo que en realidad pretenden mantener —la simplicidad— de “las reglas del campito” (a excepción del orsai) en las del “juego federado”. De ser así habría que plantearse si es correcto o un absurdo romanticismo.
Leonardo, tu lectura de los motivos puede ser acertada. Pero de ser así, no sería una actitud acertada por parte de los dirigentes.
Sin ir más lejos, mira al baloncesto (y digo sin ir más lejos desde el punto de vista de España, aunque ya declina la baloncestomanía tras el mundial). En ningún partido escolar, ni de base, ni regional, existen los relojes laterales de los veinticuatro segundos (al menos en España).
En la NBA o en la ACB (la competición profesional española) sería impensable que faltaran esos relojes. Pero si hubiera una avería y no funcionaran, el partido debería seguir su curso.
Quiero decir, que en niveles profesionales sí es exigible la aplicación de nuevas tecnologías. Con los intereses que se mueven en el fútbol profesional sería inteligente aceptar, por ejemplo, la consulta del vídeo.
Se hace ya en rugby, en fútbol americano, en tenis… y en algunas modalidades más que ahora mismo se me escapan. Y cada vez más se hará allí donde exista el profesionalismo y quepa la duda y sea posible subsanar el error humano inherente al arbitraje.
Yo tengo mis dudas sobre el hecho de que el deporte profesional pueda ser considerado deporte. Es una práctica profesional que requiere de una maestría y de un esfuerzo físico. Pero como esto, hay muchísimas más actividades profesionales que desde luego no son deporte.
Al final, y en la línea de tu artículo, parece ser que el profesionalismo tiende a desembarazarse de los gestos deportivos. Por lo que podemos pensar que NUNCA el profesionalismo ha sido deporte. Sólo importan los resultados, que llevan a la cuenta de beneficios.
Sí, ese era el argumento que traté de exponer en el artículo. Si se elimina la deportividad, ¿qué sentido tiene llamar deporte a una actividad comercial como tantas otras?
¿Alguien se imagina a un agente de bolsa diciéndole a otro, “no has llegado a tiempo, pero toma las acciones que acabas de perder”? Y en el mundo bursátil sí que hay COMPETICIÓN. Pero no hay deportividad.
El escenario es lo de menos. Sea el parqué de la bolsa, sea el césped del estadio, no dejan de ser operaciones comerciales en un marco competitivo.
Señores, no nos engañemos. El deporte profesional no es más que una actividad comercial, aunque más entretenida que ver cómo fluctúa la cotización de los valores.