Nov 14 2006
Falsa moral
Escrito por laaguja | Archivado en: Rojoolimpismo | sociedad
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el 14.11.2006 (Tuesday) a las 23:56:22 y está archivado en
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Mercedes Coghen, consejera delegada de Madrid16 a la pregunta de “Diga un lema para reactivar en los madrileños la ilusión por la candidatura de la ciudad”: “Los sueños no hay que perderlos nunca”. NI la pasta, señora. Esa que se llevará usted hasta el 2016 si es que la cosa tira para adelante y no les paran antes. LO de los sueños está muy bien para cuando dormimos o nos duermen, pero a los que usted se refiere van a costar un dineral que sólo repercutirá en una minoría de privilegiados, aunque la broma (más bien, pesadilla) la pagaremos la inmensa mayoría.
Aguja: algunas venden sueños como si fueran churros gratis. Y si cuela, cuela…
Yo no digo que no se hagan, pero prefiero que los hagan otros.
Yo no digo que no se hagan, pero quiero que me cuenten la verdad.
Yo no digo que no se hagan, pero pregunto por la necesidad que tenemos de embarcarnos en tal evento.
Yo no digo que no se hagan, pero por lo menos que no se rían del contribuyente.
Yo no digo que no se hagan, pero me gustaría que no me engañaran.
Yo no digo que no se hagan, pero que dejen los cuentos de cenicientas y blancanieves para los libros de lecturas.
Yo no digo que no se hagan, pero si hay que hacerlos que los hagan los que van a ganar dinero con ello.
Yo no digo que no se hagan, pero ya que vamos a pagarlos entre todos podrían preguntarnos por lo menos (y no por encuestas manipulables, sino en un referéndum).
¡Y que leches!, yo si digo que no se hagan porque son los Juegos de la Vergüenza, donde los ricos se ríen de los pobres a todos los niveles y en todas las escalas.
Conforme leía tu respuesta (”Yo no digo que no se hagan”…) en mi mente calenturienta iba apareciendo un insistente y bello mensaje: “Yo sí digo que no se hagan”. Pero en el último párrafo me has chafado el invento. Como -al menos- ya somos dos, digamos al unísono: ¡¡NOSOTROS NO QUEREMOS QUE SE HAGAN!!
Definitivamente me les has quitado la gracia a las olimpiadas. Y mira que por más vueltas que le doy no encuentro forma de llevarte la contraria.
Es cierto que si no se organizaran este tipo de eventos la vida sería muy sosa.
Pero no es menos cierto que si nos envuelven con papel de regalo una rata muerta hasta nos hace ilusión (que lo que vale es la intención, nos decían antes).
Pero toda esta hipocresía (me ha gustado eso de “tartufos de los anillos”) empieza ya a empalagar.
Mira el cine. Hacen películas para que nos entretengamos, y si queremos verlas hay que pagar de una u otra forma. Y no nos vienen contando que si el séptimo arte, que si las artes escénicas, que si cualquier otra milonga…
Se juegan los cuartos como en cualquier negocio y nos venden su producto aderezado de mil colorines. Pero no nos engañan diciendo que el cine es bueno para nosotros, ni que tengamos que poner una desorbitada cantidad de dinero para traernos aquí un determinado festival cinematográfico.
Tienes razón. Todo lo que huele a deporte de alto nivel parece que destila un aroma a “iniciativas sin ánimo de lucro”, cuando la realidad es bien distinta.
Sin embargo para el presidente del club de barrio todo son trabas e impedimentos, como si el hombre fuera de repente a crear un emporio económico que eclipsara al barrio, al pueblo o a la ciudad.
Con el rollito de que el deporte sienta bien a la salud —lo cual nadie discute— cuelan una actividad empresarial de máxima categoría.
Yo, por mi parte, no dejaré de insistir. Todo el deporte profesional, Juegos Olímpicos incluidos, no son otra cosa que actividades económicas que dejan sus buenos beneficios. Y a mayor nivel, mayores beneficios.
Ya está bien de confundir churras con merinas, señores políticos. Apliquen la legislación vigente a tanto espabilao que no hace más que evadir los impuestos que otros empresarios pagan sin rechistar.