En diciembre, leña y duerme
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Muy acertada la selección de noticias y el orden en que las presentas.
Es raro que no esté prohibido modificar el propio organismo con fines deportivos. Hablaban del dopaje genético, pero creo que en algunos quirófanos pueden existir prácticas que alguien podría tildar de fraudulentas. Sobre todo en la fase de recuperación de lesiones. El profesionalismo en el deporte, o más bien el profesionalismo excesivo (cuando se mueven cantidades tan desorbitadas como las que oímos a diario), ha traído todo esto.
Antes era por patriotismo, como se comenta en la noticia de más abajo; ahora es simple y llanamente por dinero. ¿El fin es más sano? No lo sé.
Pero el fraude está a la vuelta de la esquina. Y es que quien compite por dinero lo que quiere es más dinero (creo que esta frase es tuya).
Quizá un sindicato de deportistas profesionales fuera una plataforma ideal para luchar contra el fraude en los encuentros deportivos.
Bueno, has enlazado los comentarios a la selección de noticias expuesta de forma brillante.
El tema del dopaje es de momento el tema estrella. Quizá, cuando a algunos se les rompa el juguete, encuentren cosas que hacer en materia de fraude deportivo.
Yo, por mi parte, insisto en que ya tenemos leyes y que no hace falta inventarse otras nuevas, sino adecuar las que hay y hacerlas respetar.
[Como ejemplo puedo decir que no se respeta la ley que en su día se promulgó sobre perros de presa. Hoy, sin ir más lejos, he visto en un parque público dos perros boxer sin bozal y sin traílla que retozaban en la hierba mientras sus dueños los miraban desde cierta distancia a la par que intercambiaban impresiones sobre su crianza y pedigrí].
De momento no está prohibido modificar el propio organismo con la finalidad de mejorar el rendimiento. No sé si reducciones aparte es posible implantarse algo que proporcione un mayor rendimiento. Quizá, roto el juguete, nos empiecen en breve a hablar del dopaje biónico. [desactivar modo irónico]
Del dopaje genético ya hemos hablado aquí. Nos dijeron que no saben ni lo que están buscando, pero los de la AMA y los chicos de Lissavetzky ya están tras la pista.
A mí me ha llamado la atención lo del soborno a los entrenadores para incrementar el caché de los jugadores. ¿No tendrán nada que decir los clubes para los que esos entrenadores trabajaban y que de alguna manera visto utilizadas sus estructuras para el engorde de la cuenta corriente personal de los técnicos? ¿Es que ya no existen profesiones insobornables? Todo es susceptible de ser comprado. ¡Qué asco, chico!
Pues tienes razón en que han utilizado unas estructuras que no les pertenecen para el lucro personal. Supongo que serán sancionados por los equipos. La verdad es que si uno ya no puede confiar en un entrenador es como para convertirse en un descreído. Bienvenido al club, amigo clavo.
Habrá que reconocer que todo esto lo ha traído el profesionalismo. Dije una vez, como me recuerda contrapunto, que al final habrá que dar la razón a aquellos retrógrados que a principios del siglo XX criticaron duramente la permisión de deportistas profesionales.