Jan 09 2007
Cuando la prensa fuerza el titular
Escrito por laaguja | Archivado en: Verdelos medias | dopaje
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el 09.01.2007 (Tuesday) a las 23:55:17 y está archivado en
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Ese artículo lo yo había leído y no le había dado importancia. Y ahora que lo dices me doy cuenta de que, efectivamente, el titular es un engaño.
Lo he vuelto a releer y no encuentro la relación con el deporte que parece tener cuando uno lee el título. Es más, no sé ni porqué aparece en un diario deportivo.
Vamos, que a mí también me habían engañado.
El caso es escribir y rellenar cuartillas. Ayer, ese mismo diario, trataba el tema con más extensión (una página) y ya hablaba de aspectos más deportivos. Y no, no han leído la Aguja.
Pero noto cierta frivolité al escribir. Me sumo a la petición de Kantinu (ver su sección mazmorras en el artículo enlazado) pidiendo más responsabilidad en lo que se dice y se hace desde los medios de comunicación.
Para mí es evidente que hay un “debe” en la prensa deportiva española. Quizá falta de rigor, de rigurosidad, de seriedad, de profesionalidad…
¿INGENUOS a estas alturas de siglo, amigos? Eso de que el trabajo había que hacerlo bien hecho se ha quedado ya para gente antigua y carcamaloide. CAda vez es más difícil encontrar a alguien (un médico, un profesor, un fontanero, un juez, un periodista…) que sepa hacer la o con un canuto. Ni eso. Mucho pikinglis, mucho word y mucho iva, pero tarari que te vi. El albañil te destroza la cocina y te la convierte en un mal baño. El médico te diagnostica anginas cuando te duele la rodilla. El político te llama accidente mortal a un atentado. El periodista escribe en los titulares “Ronaldo adelgaza 20 kilos” y tras la entradilla resulta que se referían a que se ha gastado 20 talegos en comprarse una finca en Hawai.
Confieso que yo cada vez leo menos la letra grande y que sólo le echo el ojo a la pequeña cuando creo que el escribiente es de plena confianza. Para perder el tiempo e intoxicarme, prefiero emplearlo en echar una buena siesta.
Según tu teoría, que respaldo al 100%, los jefes de estos plumillas son igual de ineptos y le habrán pagado por un trabajo mal hecho.
Lo que a mí me preocupa es que se está atontando a la población civil desde los medios de comunicación. Y a nadie le preocupa. Y cuando digo “nadie” me refiero a los estamentos institucionales.
Ni la RAE, ni la Asociación de la Prensa, ni el Instituto Cervantes, ni la Fundeu… Mucho trabajar para la conservación de la lengua y de la cultura, que está muy bien, pero deberían tener una sección que trabajara para evitar la destrucción de la lengua y de la cultura.
“¡Qué jamás la verdad se interponga entre un noticia atrayente y su publicación!”, profesa Samuel “Chiche” Gelbulm (un periodista argentino que se inpira en las camisetas de Cádiz y Villareal).
- Por otra parte, pasé mi blog a una nueva versión de Blogger; por eso cambió el diseño y se borraron los comentarios anteriores.
Al final acaban distorsionando la realidad y, lo que es peor, la información que dan al cliente.
Si los medios de comunicación percibieran al consumidor de información como cliente antes que como fagocito de todo lo que vomitan, estoy convencido de que tratarían su materia prima —la información— con más cuidado.
Lamento lo de tu bitácora. Los comentarios enriquecen un blog. Supongo que no habrá vuelta atrás. Si la hubiera, aún podrías hacer otra cosa.
Ahí le has dado, cuando dices que se trata de una falta de respeto al cliente que ninguna empresa que trate directamente con el público se puede permitir. Y es que en este país la comunicación de los medios tradicionales ha sido siempre vertical. Esto es lo que hay y te lo tienes que comer.
Al final el cliente asume que la información que le dan es buena y la ingiere sin preguntarse qué clase de información le están sirviendo. Tal vez porque en la mesa de enfrente están sirviendo el mismo tipo de información.
Sí, el aficionado se convierte en una especie de cliente cautivo. No tiene donde elegir.
Y además se da la circunstancia de que estos medios (tanto prensa como radio como televisión) ya le han acostumbrado a ese producto y su baja calidad (han creado un estándar de producto) y es muy probable que ahora el mercado no esté preparado para asimilar una nueva forma de hacer periodismo deportivo de calidad.
Se cerró el círculo.