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Totalmente de acuerdo, pero no me vas a ser estrecho a estas alturas de la película, amigo… Quizás las playas asturianas son un dechado de tranquilidad, por lo que un hecho como el que criticas es intolerable, pero en la mayoría de las playas del sur (yo sólo voy en julio y de diez a once un par de días a la semana), en un día de alta ocupación hay tropecientas mil personas en un palmo de terreno (pechito con pechito, culito con culito, que dice la canción), veinte tíos haciendo carreras de saltos de obstáculos, cuarenta tontainas de la mocedad con el radiocasete a todo trapo (lorailo, lorailo…), quinientos paisas ofreciéndote tallas de ébano o mantas para el invierno, quinientos tíos y tías vendiéndote agua fresquita, chuchcerías, bolsas de papas fritas y lo que les pidas; docientos tíos de la empresa de limpieza retirando porquería (pero siempre dejan sobre la arena la peor: la humana); los tontos del haba que se dedican a hacer deporte poniendo cuatro palos y jugando al voleibol o, lo que es peor, dándole a la pelota entre los bañistas; también están los aficionadillos (especialmente la chavalería) que se dedica a joder la marrana con la pelotita y la raqueta de madera, que a alguno le araña la dentadura; los tres mil gilipuertas que cuando estás entrando en el agua de puntillas, se tiran de panza y te ponen perdido y arenoso; las abuelas que no dejan de gritar al nieto que va a llamar a su madre como no se porten bien; los cinco capullos que le dan al micropedal y que no se llevan tu cuello de milagro. ¿Sigo? Y ante esta situación de “venid y vamos todos a la playa para agarrar un bonito cáncer de piel”, ¿no resulta hasta romántica -tipo “Carros de fuego”- la escenita esa de la foto, con la gachí (no se adivina si madurita o ya pocha) asustándose ante tanto músculo echado de pronto encima? Vedlo, vuesa mercé, por el lado bueno de la vida. Además, que no querrá vuesa eminencia que los mozalbetes del equipo futbolero se levanten a las seis de la mañana para entrenar como hacía usted. ¡Que son futbolistas, hombre!
PD: Y toco madera con lo de las playas del sur, porque lo mismo este año, con esto de la cultura emprendedora, nos asaltan en plena tumbona doscientos mil masajistas ofreciendo sus servicios, repartidores de publicidad del Carrefour, asistentes sociales en busca de niños abandonados, encuestadores de El País o de El Mundo, locutores para preguntarte sobre la feminidad de la coquina y así, multitud de nuevos entretenimientos y formas de hacer feliz al bañista. ¡Donde se ponga un templadito invierno…!
Pues la verdad es que sí, que en las playas del norte el espacio personal se respeta. Quiero decir que si uno ve que tiene que ponerse entre dos grupos, dejando solamente un metro largo a cada lado, pues va y no entra a la playa.
Así es que se da un caos circulatorio entre toallas, y no como en esas playas sureñas que vemos por la tele en las que las toallas están todas alineadas en la misma dirección.
Que sí, que salvo en Cantabria, donde hay playas más laaargas, en el resto del Cantábrico son playitas pequeñas, coquetas y requetemonas. Pero hay muchas, y si no hay sitio en una pues se llega uno a la siguiente.
Sobre la gachí decirle que es más bien señora que señorita, si usted me entiende, amigo Puñetas. Aunque bien pudiera ser que fuera señorita en edad de ser señora.
Lamento la pobre calidad del documento gráfico, pero es que tomé la de la edición en línea en su día y ya sabemos que la gente de los diarios profesionales ajustan la resolución de las fotografías.
En fin, que la playa es de todos y para todos; y que la libertad de uno acaba donde empieza la del prójimo. Y si uno forma parte de un grupo organizado, profesional para más señas, pues todo es permitido.
Usted mismo protesta del exceso deportivo en esas idílicas playas del sur por ser molesto para quien quiere descansar a la orilla del mar. Y porque tal vez lo que ofende es que los que hacen “deporte” en la playa son esos que no hacen deporte en el resto del año. Y porque ofenden también esas barrigas moviéndose y despendolándose sin ritmo ni compás.
En fin, que si quiere usted comprobar in situ las diferencias de estas playas norteñas con las meridionales está usted invitado a pasar unos días por estos parajes.
No tiene más que sugerirlo.
Si llevamos un grupo de niños a la playa, y les organizamos una ginkana o cualquier tipo de juego en el que los mocosos tengan que moverse mucho no dejará de haber gente que refunfuñe. Y pasado un tiempo se te acercará alguien para sugerirte que cojas a tu grupo y te lo lleves de paseo al campo, que la playa es para descansar y relajarse.
Yo quiero saber cuántas protestas recibieron las Administraciones porque estos jugadores del Sporting de Gijón ocuparan gran parte de la playa para ejercitarse en plan gladiador.
Posiblemente ninguna. Y es que el personal tiene también la culpa.
Ahora, que yo ya me he aprendido la lección. La próxima vez que coja a mis críos del campamento para ir a la playa a hacer cualquier cosa les coloco una camiseta futbolera de rayas y a dar sensación de equipo.
Pues quizá sea una solución. Como bien dices la gente tiene la culpa de que se pisoteen sus derechos por no reivindicarlos.
Pero a mí me sigue cabiendo la duda sobre la reacción de la gentes si el equipo profesional en cuestión no hubiese sido de futboleros y sí de gentes desconocidas.
A lo mejor si hubo indignación pero nadie dijo nada por tener asumido que nada iba a pasar.
A pesar de todo, a mí me sigue pareciendo un atropello, y no me refiero al hecho puntual de la imagen.
Hola aguja. creo que no hay que darle más importancía de la que tiene y en todo caso creo que es una foto un poco comica y graciosa y la chavala que sale en la foto seguro que no le ha dado ninguna importancia a salir en el periodico porque sino seguro que habría echo llegar su malestar a dicho diario.
Tambien creo que la playa de San Lorenzo de Gijón que es la de la foto es una de las playas de mayor afluencía del Cantabrico y no creo que la gente se alarme porque el Sporting salga a correr por dicha playa ya que cada uno hace lo que crea conveniente en la playa hasta cierto punto claro.
Un saludo
Creo que su majestad ya chochea hasta el punto de parecer contradecirse en el último párrafo.
Si “cada uno hace lo que crea conveniente […] hasta cierto punto” entonces es que la libertad de hacer lo que a uno le venga en gana está limitada (como todas las libertades).
Sobre la señora que aparece en la fotografía dejaremos que sea ella quien decida sobre la utilización de su imagen para vender diarios. Espero que no sufriera del corazón y pueda haberse sobrepuesto del susto que parece haber recibido para así poder opinar seis meses después.
Porque a las playas españolas también van gentes que padecen del corazón, ¿sabe usted? No todos tenemos la posibilidad de acudir a playas privadas rodeados de guardaespaldas. Entre otras cosas porque las playas deben ser públicas y accesibles, ¿verdad?
Pero a ver si este año es el Mallorca el que se concentra en su playa de usted a la hora en la que su chocheante majestad ha decidido descansar, y hacen series de velocidad sorteando a sus nietecitos cuando éstos correteen entre el agua y la arena.
Creo saber por donde vas. Si hubieran solicitado que les reservaran un espacio en la playa, al igual que se hace cuando se celebra un campeonato deportivo, hubieran pagado su tasas correspondiente y no habría habido problemas.
La diferencia aquí es que se trata de un grupo organizado, y profesional para más inri. Pues sí, que paguen (porque pueden hacerlo) o que dejen la playa para su uso “natural”.
Pudiera ser esa una solución. Pero creo recordar que la reserva de espacios en la playa conlleva un proceso que se inicia al menos con tres meses de antelación.
El pago de la tasa de la Demarcación Territorial de Costas es lo de menos, pues o bien no existe o bien es pequeña (este extremo no he tenido oportunidad de consultarlo).
Sobre el uso “natural” del arenal creo que habría mucho que decir. Como ya sabemos, la costumbre hace ley (o algo así, que dicen los juristas).
Desconozco si el uso deportivo-profesional de la playa sería contemplado como un uso recreativo, aunque tengo mis dudas, como ya he expresado en el artículo.
El artículo simplemente ha pretendido reflejar la prepotencia —una vez más— de las gentes del mundo del fútbol. Otros tal vez se hubieran abstenido de “dar el cante”.
De hecho no lo han dado, al menos que sepamos. A ver si ahora se llenan las playas en el mes de agosto de equipos —profesionales o no— que se entrenan entre las diez y las doce de la mañana.
Vamos vamos aguja que un servidor aún no chochea. Lo que queria decir es que estos fútbolistas pueden correr placidamente por la playa sin atropellar a la gente ni formar revuelo pero l a imagen que nos muestras creo que tampoco es para tanto y queda como una acnedota.
Yo no me contradigo en mis afirmaciones y tampoco pienso que sea necesario la asistencia de un guardaespaldas para pasar un rato de relax en la playa.
Un saludo