Mar 30 2007
Qué es deporte
Escrito por laaguja | Archivado en: Verdesociedad
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el 30.03.2007 (Friday) a las 23:59:38 y está archivado en
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Para un tipo como el menda, que ha tenido la osadía de llamar deporte a la mismísima siesta, eso de que para que haya deporte debe haber un reglamento y una competición, le cae como que muy lejos. A esa conclusión han debido de llegar los organismos que dirigen y mangonean el deporte competitivo, para así acotar el terreno y darle más importancia de la que tiene a su tingladito. En cualquier caso, el nombre es lo de menos, aunque esto del lenguaje tiene más importancia de lo que parece.
Claro, si le dices a esos gorditos con gafas que lo que están haciendo con un par de raquetas y de bolas durante una hora el sábado por la mañana es una “actividad física” llamada “tenis” y no un “deporte” llamado “tenis”, como que los dejamos acatetados. Y lo mismo hasta se mosquean y dicen que ya no vuelven a jugar más.
Como señalas bien, en el habla coloquial -y yo creo que también en la otra- la palabra deporte ha subido a lo alto del escalafón y ha relegado al olvido a las demás. También es una actividad física el cargar sacos de cemento en una obra, dentro del trabajo, pero el peón no hace deporte… O sea, que me parece a mí que se nos olvida la componente lúdica y hasta la saludable, que en muchos deportes ha dejado de tenerse, con lo que ya no sé si habría que seguir llamándoles “deportes”. .
Lo importante, a mi parecer despendolado, es que el gentío hagamos ejercicio físico, sea subiendo escaleras, andando por el paseo marítimo o por un carril a las afueras del pueblo, subidos a la bicicleta estática, tumbados en la alfombrilla haciendo yoga, dando pelotazos a una pelota con una raqueta, pegando saltos con la comba (*) o, incluso, subiendo sacos de cemento a un andamio. Lo importante es mover el esqueleto, aunque si lo movemos por placer o por salud y lo hacemos en plan de juego o diversión, yo no tendría escrúpulos en llamar a esta actividad física “deporte”. Si lo realizamos en una competición, con premios, medallas y fichas federativas, entonces se podría añadir un adjetivo: deporte competitivo. Aunque, yo mismo, reniego del deporte competitivo por la sencilla razón de que no disfruto con el mismo (dicho de otra manera: me da urticaria), así que lo mío se limita a una vulgar actividad física a la que si llamamos deporte sólo le estamos dando un plus social de autoestima, dado que eso de “hacer deporte” está muy bien visto, es moderno y hasta abre ciertas puertas y camas.
En ese sentido, teniendo claro lo que es chocolate y lo que es leche, todas las disquisiciones subsiguientes me dan igual como que me dan lo mismo. Ya puestos, acabaré con mi definición de deporte, en plan de “boutade” becqueriana: ¿Qué es deporte?, dices, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es deporte? ¿Y tú me lo preguntas? Deporte…eres tú.
Que nos sea leve la paliza semanasantera…
(*) Dar saltos a la comba sería un juego si los niños lo hacen por simple pasatiempo, pero si establecen una competición para ver quien se equivoca menos o quien aguanta más, ¿sería deporte? Y si quien da saltitos es un señor o una señorita en un gimnasio para adelgazar unos kilitos, ¿sería un juego, una simple actividad física o podríamos decirles que lo suyo es hacer el ridículo? El tema es más duro de roer de lo que parece y no quiero enrollarme más. Profundiza en el tema más adelante, que hasta sacar conclusiones claras todo es “dentaura”…
Lo de llamarlo deporte competitivo como que sería redundante dado que uno de los requisitos es que exista competición.
Saltar a la cuerda sería un deporte si… la sociedad lo llega a considerar deporte (jaja).
Durante el día de hoy (el viernes no pude ni conectarme a Internet por una tormenta local con aparato eléctrico, y ayer anduve escaso de tiempo) he estado retocando el artículo llenándolo de enlaces.
Con ello, he tratado de hacer ver a quien se digne leer estas líneas que el concepto deporte es duro de roer, como bien apuntas.
Hablas de subir sacos de cemento… Yo he hablado de segar una campa. El quid es que exista una competición “reglada y reglamentada”.
Los dardos, el tiro de cuerda (sokatira o tug of war) —que quiere recuperar su pasado olímpico—, los bailes de salón (este fin de semana han sido los campeonatos nacionales en Bilbao), el pulso (lucha de brazos), las damas y el go, el aerobic… Todos pugnan por adquirir y mantener la vitola de deporte.
Ya veremos más adelante por qué, aunque en este artículo se avanzan los motivos.
Incluso el bridge se ha colado de rondón en la familia de los deportes, y parece que va a costar decabalgarlo ya que cuenta con el apoyo de los británicos.
El cróquet (ese juego de mazas en el que hay que pasar una bola entre unos aros o puertas) no está aún reconocido por el COI, pero en España cuenta con entusiastas y adeptos.
Y las nuevas tendencias que apunto (street sports, paintball, airsoft) hacen que de momento no se le vea el final a la ristra de actividades llamadas a ser consideradas deporte. ¿Te acuerdas del slamball, del que hablé aquí hace un par de meses?
Más que preguntar qué es deporte habría que preguntarse qué no puede ser deporte.
La frontera que ha de traspasarse para alcanzar el estatus de deporte es la del juego. El juego es previo al deporte (aunque ni todos los juegos serán deporte ni todos los deportes son juegos).
Por el lado opuesto parece que no existe límite. Alguien pensó hace mucho tiempo que el deporte debería finalizar en el profesionalismo. Ahora ya sabemos por qué.
Otro límite a no traspasar tal vez debería ser el riesgo para la vida humana… (O como proponía una más, para la de otros seres vivos).
Amplio tema que requerirá un interminable debate. Pero parece mentira que algo tan simple pueda crear tantos desencuentros. La mayoría de la gente sabrá nombrar de bote pronto unos 20 deportes (30 si acaban de ser las Olimpiadas). Pero en los confines del debate surgen las dudas. Los pulsos (lucha de brazos más modernamente) y los dardos parecen más pasatiempos de los bares que deportes. En esa línea de pensamiento el futbolín debería considerarse deporte. Quizá ya lo fuera de haberse llamado “fútbol de mesa”, como hicieron con el tenis de mesa. El billar parece que también ha alcanzado el rango de deporte y a mí se me antoja salido de las trastiendas de los bares. Seguro que tiene detrás una historia de alta alcurnia, pero cada vez que se habla de billar recuerdo una película que vi hace muchísimo tiempo sobre este juego y los bajos fondos y las apuestas: El Buscavidas.
Supongo que todo lo que traspasa el ámbito del juego no pueda ser considerado deporte. Quizá localmente sí existan proto-deportes. Un número amplio de seguidores y una gran extensión geográfica de la modalidad es algo que aúpa al rango de deporte rápidamente. Quizá haya actividades que no deben salir del rango del juego. Sobre el otro extremo que citas en tu respuesta a Juan Puñetas supongo que hemos heredado de nuestro pasado más inmediato el gusto por el peligro y por la hazaña. De ahí el sentido de la frase de Hemingway.
Está claro que existen dudas en “las fronteras del deporte”. Apuntas la extensión geográfica y el número de practicantes como baremo para establecer lo que es deporte. Ya sabes que son dos requisitos que valoran las Administraciones públicas para reconocer una modalidad y autorizar la creación de un ente federativo.
Lo que dices sobre el riesgo, la aventura y las gestas es algo a tener muy en cuenta. No toda actividad física y aventurera va a ser ahora deporte. Aunque un safari al uso pueda entrar dentro del rango de deporte (caza y aventura) seguro que un safari fotográfico (¿existe todavía esto?) nadie lo consideraría deporte.
Me remito una vez más a la presencia de unas reglas y de un reglamento de competición.
Recuerdo ahora que en estos comentarios se dijo algo de aquel programa que se llamaba algo así como “Gladiadores americanos”. Los concursantes y los “de la casa” eran todos excelentes deportistas, pero aquello no era un deporte aunque existieran unas reglas. No existía reglamento de competición porque eran actuaciones aisladas.
En cualquier caso sigo pensado que deporte sólo es aquello que la sociedad considera deporte. Y he dejado la pirámide por la que —según mi parecer— una actividad puede ascender por la vía del deporte.
En realidad ése es el núcleo duro del artículo, aunque parece que a nadie le ha llamado la atención mi propuesta.
Estoy de acuerdo contigo en que la definición de lo que es deporte o no lo es, es muy particular y depende de los gustos e intereses de cada persona, si bien yo considero que deporte es aquella actividad que requiere de un esfuerzo fisico, de esta manera quizas las competiciones automovilisticas o de motocicletas no deberían de considerarse deporte aunque gasten un montón de calorias en cada competición.
De esta manera quizas las carreras de caballos tampoco sean deporte ya que realmente quien realiza la actividad es el animal y no el jintete. En lo que si coincido es en reconocer que la siega de hierba con guadaña si es un deporte ya que realmente se hace un esfuerzo fisico con los brazos y con el dorsal. De todas maneras tendremos que ver el significado de deporte que pone el diccionario de la Real Academia de la lengua castellana, que en estos momentos no tengo conmigo para poder escribirlo.
Eres muy valiente al dar tu propia definición de deporte. Por regla general la gente se suele limitar a enumerar una serie de actividades sobre las que nadie duda que son deporte y otras sobre las que ponen sus comillas.
Hablas de esfuerzo físico y eliminas el automovilismo y el motociclismo —te puedo decir que tras una carrera de motocross te queda el cuerpo como si te hubieran dado una paliza—. Yo te pregunto qué opinas sobre el golf y los dardos; sobre el curling y los bolos, sobre la petanca y los bowls (un deporte de origen escocés), sobre el billar o el ala delta.
Hablas de las carreras de caballos y de que quien realiza el esfuerzo es el caballo —el mundo del caballo es un mundo aparte que bien merecería un artículo completo—. Ya has visto que en España hay tres federaciones deportivas, dos de palomas y una de galgos, en las que el hombre ni siquiera corre el riesgo de caerse. Y perciben su subvención anual; escasa comparada con la del fútbol y el atletismo, pero están ahí representados.
Y yo hago ahora otra pregunta, ¿podría ser considerado deporte el vuelo de cometas? En China hay concursos de cometas de un tamaño tal que deben ser sujetadas por varios hombres a la vez poniendo para ello todo su esfuerzo.
Me temo que el diccionario de la RAE no es válido, como ya digo en el artículo, para resolver debates como éste. De todas formas, recuerda que siempre tienes el diccionario a mano cuando estás en Internet. En el cuerpo del artículo he dejado un enlace a la RAE. Desde ahí puedes acceder al diccionario online.
Abundando en el comentario de Roxín, creo que una condición necesaria (aunque no suficiente) para considerar a una actividad deporte es que TODA la energía la suministre el ‘deportista’. De esta manera ni los ‘deportes’ de motor, ni la vela, ni la hípica los considero deporte.
Por otra parte, los juegos de habilidad tampoco los considero deporte (billar, hacer calceta o jugar a las canicas), independientemente del esfuerzo que se realice en ellos.
También creo que la expresión ‘deporte de la mente’ tantas veces aplicada al ajedrez es una contradicción en sí misma. Si existieran deportes de la mente cualquier cosa podría ser considerada un deporte: desde rezar hasta jugar a la vídeo consola.
Para mí una buena prueba de lo que considero deporte es la ‘prueba del ascensor’. Te encuentras con tu vecino en el ascensor
y le preguntas: ¿a dónde vas?. Él te dice: A hacer deporte.
‘Ah, muy bien’ le respondes tú ‘ ¿y qué vas a hacer?.
a) Dar vueltas con la moto.
b) Jugar al frontón.
c) Jugar al ajedrez.
Yo, si me dice la b) no diría nada, pero sí me dice la a) o la c) le
diría que muy bien, pero por dentro me daría un poco de risa.
¿Qué opinais vosotros?
Vamos llegando a lo que se postula en el artículo. El concepto deporte tiene un componente subjetivo y un componente local.
Pero la subjetividad hay que trocarla en objetividad si nos queremos entender entre todos. Los organismos internacionales nos dicen que el concepto deporte implica unas reglas y una competición.
Este último elemento es el que hace que el chaval del ascensor que dice que va a jugar al frontón no vaya a hacer deporte, sino ejercicio. Otra cosa sería que vaya a jugar un partido encuadrado en una competición (campeonato, torneo o liga).
Tienes razón en que todos los juegos no pueden considerarse deporte. Hablas de los juegos de habilidad. Partiendo de la base de que para todo hay que tener habilidad, aventuro que te refieres a los juegos de precisión. El golf es un juego de precisión. Y el curling, y la petanca, y los bolos. Y el tiro con arco.
Si lo que buscáis Roxín y tú son actividades físicas intensas el tiro (con pistola o fusil) queda fuera de vuestro rango. Al menos en el biatlón el deportista llega exhausto a la línea de tiro tras una carrera con esquíes.
Tampoco todo lo que supone esfuerzo físico y existe competición es considerado deporte, como la lucha de brazos o pulsos.
La paradoja que trataba de exponer con este artículo radica en que algo que aparece ante nosotros todos los días con una claridad meridiana resulta que no tiene tan claramente definidos sus límites, ni las cláusulas para que nuevas actividades entren a formar parte del club de los deportes.
Me atrevería a encontrar actividades que ante cualquier definición que se dé de deporte estarían fuera de ella siéndolo y dentro de la definición sin ser deporte.
De ahí mi propuesta para definir qué es deporte, que se da validez a sí misma. Y propongo el mecanismo que se sigue para alcanzar el estatus de deporte.
Sigo pensando que el hecho de que haya competición oficial o no es irrelevante para determinar si se hace deporte. No tiene lógica que si yo juego una partida de frontón (o fútbol, o baloncesto) ateniéndome a las reglas establecidas dependa de factores externos (la existencia de un árbitro, anotación, etc.) la consideración de deporte varíe. Yo estoy haciendo exactamente lo mismo en los dos casos. Si es deporte con árbitro es deporte sin él.
Hemos visto cómo lo que para unos es deporte para otros no lo es, y lo que para la sociedad es deporte otros proponen que no sea considerado como tal por diferentes motivos (boxeo, caza y pesca, ajedrez…).
Se trata de consensuar una definición para todos, no de que quien haga más o menos ejercicio, más o menos deporte, se considere más atlético o menos deportista.
Los chinos dicen que “el principio de la sabiduría radica en dar a las cosas el nombre apropiado”. Sobre la importancia de los nombres y los conceptos se ha escrito mucho.
Permitan que dé un ejemplo clarificador, de los de andar por casa. La RAE, en la vigésima segunda edición de su Diccionario da la siguiente definición de algo tan trivial como “MESA”:
¿Todo el mundo está de acuerdo? Pues bien, en mi casa tengo una mesa que no encaja en esta definición, y sin embargo todo el que la ve la llama MESA.
Quizá por ello la RAE (casi siempre sabia RAE) propone esta otra definición de “MESA” para su vigésima tercera edición:
Menos mal que van a eliminar de la definición la necesidad de que una mesa esté “sostenida por uno o varios pies (o patas)”, porque la mesa abatible que tengo anclada a una de las paredes de la cocina ya estaba cogiendo una crisis de identidad… De todos modos, la definición oficial a día de hoy es la primera y no la segunda.
Nos guste o no, lo aceptemos o no, el concepto deporte lleva aparejado el concepto de competición como condición sine qua non. La RAE aún no ha modificado su definición, pero es que la RAE en definiciones técnicas ha de ir necesariamente a rebufo de los cambios sociales y profesionales.
creo que estamos confundidos con la definicion de deporte pero es super el articulo gracias por permitirme leerlo quede muy agusto con el chaooo
Me alegro de que te gustara. Gracias por dejar tu comentario.
esta muy largo pero esta vien