Mar 27 2007
Sin caerse de la burra
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el 27.03.2007 (Tuesday) a las 11:03:11 y está archivado en Rojo.
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(Jean Dolent)
«Las radios rechazan de forma unánime 
Me pregunto varias cosas…
¿Es que esto no pasa en los otros GP’s? No recuerdo que en Valencia o Barcelona haya tantos muertos cada año.
¿Es mala memoria mía?
¿Es que en Jerez hay más accidentes? ¿O es que la prensa nos cuenta detalles sobre Jerez que no cuenta en los otros circuitos?
Espero que tus preguntas se vean respondidas cuando lleguen esos otros GP. Veremos el tratamiento que le da la DGT a esas manifestaciones deportivas. Quizá, y sólo digo quizá, sea que el Gobierno ha empezado a cambiar de estrategia para tratar de poner coto a tanto cortijo privado que se ampara en una mal entendida idea del deporte.
Que el deporte es formativo para la persona y beneficioso para la sociedad, sí.
Que el espectáculo deportivo es un negocio, también.
Que interesa mezclar ambas cosas, es evidente.
Más caña en los controles de alcoholemía, documentación, radares etc. Más presencía policial es lo que hace falta en este tipo de eventos ya bien sea vigilancía de trafico o de seguridad ciudadana.
El inconveniente que veo en eso es que yo estoy pagando la seguridad extra que ocasiona el evento para que cuatro ricos se hagan aún más ricos.
De verdad que no me molestaría que mis impuestos sirvieran para que la señora que vende gorras y bufandas conmemorativas haga una buena caja. Pero quienes de verdad ganan dinero son los cuatro de siempre.
Aquí os dejo lo que dice Manuel Arroyo, uno de los gerentes de Dorna —empresa organizadora del mundial de motos desde 1992— sobre las declaraciones del señor Pere Navarro:
Lo que yo veo es desprecio por el dinero público. Se siente fuerte porque tiene cautiva a la Administración. Cautiva de la opinión mediática. No olvidemos que los medios de comunicación son empresas creadas para ganar dinero, lo que hacen a espuertas con estos eventos multitudinarios. Así pues, el número dos de Dorna se siente a sus anchas para lanzar un reto sabedor de que puede chantajear a la Administración.
Olvida el señor Arroyo que esa prueba en concreto debe ser expresamente autorizada por el CSD. Es decir, que en un momento dado debe ir a “pedir favores” para seguir pagándose las vacaciones y el chalé y el nivel de vida que lleva.
Cría cuervos…
(Dorna tiene un contrato con el ente público RTVE por unos 20 millones de euros en cinco años —más de 3.325 millones de pesetas—).
Hoy toca discrepar.
La seguridad en Jerez de la frontera, por formar parte del territorio español corresponde a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. La organización de la carrera ha de ser responsable de los temas de seguridad dentro del circuito, pero no fuera de él.
Si sabes que en un lugar concreto un fin de semana concreto se dan cita los mayores descerebrados de España y ciento 150.000 personas más, justo es que te encargues de controlarlos con un dispositivo policial adecuado a las circunstancias ¿O es que no cobrán por eso? Porque, que yo sepa ese es su trabajo, aunque no esté muy bien pagado según tengo entendido; pero ese es otro tema diferente.
Conclusión: el circuito de Jerez pagará sus correspondientes impuestos, digo yo, pues en esos impuestos va incluido el derecho a organizar carreras de motos. Para el que esto escribe no hay vuelta de hoja, si aceptas tener en tu territorio una instalación de este tipo, la aceptas con todas sus consecuencias.
Hay además otros grandes beneficiados del GP que son los restaurantes, bares, hoteles y de más. Esos también se llevan un dinerillo extra ese fin de semana, así que, usando el mismo rasero, deberían participar en los gastos adicionales en cuanto a seguridad.No, los impuestos deben pagar los gastos “diarios” y también los “de los domingos”.PARA ESO ESTÁN.
Bienvenida sea la discrepancia, pues nos hará crecer a todos. Vamos a discutir (que no reñir) nuestros puntos de vista. Tal vez acerquemos posiciones. O cuando menos acabaremos entendiendo nuestras mutuas perspectivas.
He de decir que las personas que trabajan ese fin de semana en lo que a seguridad se refiere no se quejan de tener que hacerlo. Ni mucho menos, pues ello supone un buen puñado de horas extraordinarias para llevar a casa (y no pagadas a precio de grupo E precisamente).
Pensemos que la asignación de servicios rutinarios de guardias y policías se hace de 1 de enero a 31 de diciembre. Estos eventos extraordinarios requieren una dotación extraordinaria, pues no es de recibo que queden tareas rutinarias de seguridad y vigilancia sin asignar por atender un evento —el que sea, un concierto o una carrera de motos.
(Aunque mejor no meternos en aguas más profundas porque a lo mejor encontramos que a diario se sacrifica la vigilancia en unas áreas por cubrir un punto que llaman servicio prioritario en función de cierto parámetro. Bien cerca de donde escribo esto ocurre a menudo por tener que vigilar 24 horas cierta casa particular. Digamos que es conocida por todos la falta de personal policial en el país).
El contingente humano es movido desde la localidad donde está destinado, lo que acarrea unos complementos más a pagar por el Estado.
Todo ese monto lo apoquinamos todos a través del Herario público.
Atendiendo a los beneficios que obtienen estoy convencido de que todas las señoras de las bufandas y todos los caballeros de los cafés pagarían su parte proporcional tan ricamente. Incluso así, pedirían que hubiera un mundial allí todos los fines de semana.
Pero quienes realmente se llevan el beneficio son las grandes empresas, que ganan dinero en cuantía suficiente como para pagar los costes de seguridad que acarrea el evento organizado.
Es muy sencillo. Si se evalúa el gasto que la Administración destina en seguridad (sea el que sea) la empresa organizadora ha de pagarlo. ¿Cuánto crees que puede haber sido ese coste en Jerez? Pongamos cien millones de pesetas. ¿No crees que pueden asumirlo mirando tan sólo el contrato con RTVE? ¿O pagar cuando menos un 70% del gasto estimado?
Estoy convencido de que el circuito paga sus impuestos. Pero el circuito de Jerez no organiza la prueba del mundial. (Creo recordar que el año pasado Juan Puñetas nos ilustró sobre el cortijo particular que supone el tal circuito).
Cierto que la empresa pagará su Impuesto de Sociedades (un 30% de los beneficios). Pero es que la seguridad y vigilancia que acarrea la organización de su evento le sale gratis. Evento que organizan los dueños de la empresa para obtener pingües beneficios, no para llegar a final de mes con algo ahorrado.
Hace poco hablábamos del Senado y de una propuesta para conocer el gasto que ocasiona cada partido de fútbol catalogado de alto riesgo. Este caso es similar. Ayer les tocaba a los futboleros y hoy les toca a los moteros. No hay por qué sentirse afrentado. Quizá es que en estos dos deportes haya exceso de pasión.
En realidad, da lo mismo que hablemos de los negocios privados de una carrera de amotos, de un encuentro futbolero en la cumbre, de las ferias del pueblo, de un concierto de los Burros Cantores, de una Vuelta Ciclista a Bollullos de la Sierra o de un mitin electoral a cargo de Pascual, el del Café. Los beneficios se los llevan los privados (sean particulares o empresas, aparte las moscas que pululan por allí y los protagonistas centrales del evento) y el resto de los mortales ponemos parte de nuestros impuestos para que la autoridad competente (o in-) ponga los medios para que aquello no sea una catástrofe con decenas de muertos, heridos y follones.
En consecuencia, siempre ganan los mismos y siempre pagamos todos. Así que -para participar de la fiesta y no ser un panoli- yo estoy pensando en organizar un multitudinario tinglado, que podría ser una procesión de San Cucufato por las calles de mi ciudad. Y unas cuantas huchas para recoger fondos para la organización. Y que el corte de tráfico, el principio y fin de la procesión o desfile me lo realice la Policía Municipal, echándose unas horas extras al coleto, cosa que nunca viene mal. Sé que lo mío sería modesto pero por ahí se empieza.
Dicho lo cual, retornando al eterno retorno de los tropecientos mil moteros, ¿qué pasaría si la espichan quinientos al tomar las curvas de Despeñaperros como si fuesen Rossi o Pedrosa? ¿De quién sería la culpa, del Pere o de la pera de estos tipos tan mal motorizados? ¿No es, acaso, inevitable que en una concentración tan mayoritaria de tíos con cascos (pero con pocos en el interior de la cabeza) más de uno tome la dirección equivocada y en vez de a Jerez se vaya al Más Allá, pese al radar, al poli y a la señal de tráfico? Si está de moda juntarse en rebaños, a cual más multitudinario… (Al Puñetas, en cambio, una reunión entre cinco tíos ya le resulta excesiva). ¿Tenemos policías suficientes para cubrir cada evento, cada curva, cada manifestación, cada botellón, cada concierto y cada partido del mes?
Hay temas inposibles y, además, cada vez más insolubles: lo del dinero de todos pagando los caprichos y los negocios de unos avispados y lo de las grandes reuniones ovejunas. Sea para darle al gaznate botellonero, al concierto roquero donde la mayor sensación es la pisada del que tienes al lado y los tres mil decibelios que te entran por las orejas, sea para intuir que el delantero centro metió el gol con el flequillo… Don Quijote lleva contemplando varios siglos de estupor y ya le dan igual 3 que 300.000 molinos.
Si organizaras una carrera para los chicos del barrio comprobarías que el ayuntamiento te cose a papeleo. Y posiblemente, si el concejal de turno barrunta que no va a salir en las fotos por la escasa importancia mediática de la carrera, te cobre la tasa correspondiente por servicios prestados por la policía municipal.
Creo recordar (de memoria, claro, como todo lo que se recuerda, pero he de mirarlo) que existe una tasa de la DGT para las empresas de transportes especiales que precisan —en función del volumen de la carga— de acompañamiento de la Guardia Civil de Tráfico.
Es decir, que en función de la carga la ley te obliga a llevar escolta de la Guardia Civil, pero existe una tasa que satisfacer. Eso de que si la ley te obliga te sale gratis, nasti de plasti, monasti, que decíamos en el insti. Vamos, como la ITV.
Sobre los quinientos moteros perrodespeñados decirte que la responsabilidad sería única y exclusivamente de ellos. Como el que se pone la capa de Supermán en casa y salta desde el armario y no cae en la cama. Lo peor sería que alguno se llevara por delante a un padre de familia.
Ahora bien, supongo que la responsabilidad moral sería… Pero que voy a decir, si aquí nadie tiene conciencia moral.
Y aprovecho para decirle a Palicero que no se corte en responder a mi comentario, que aquí lo que nos gusta es que se abran debates.
Por cierto, que le decía que los de las bufandas y los cafés no tendrían inconveniente en pagar, dado que el evento les permite hacer “el agosto” en el mes de marzo. Pero es que, siguiendo con mi razonamiento, esos señores no organizan nada.
Digamos que ellos perciben ganancias colaterales, que no todo van a ser daños colaterales (jaja).
Lo que yo pido que sean los organizadores los que carguen con el gasto.
Pasará mucho tiempo antes de que alguien vea factible tu punto de vista. Las Administraciones públicas se rinden ante estos eventos deportivos gigantescos. Es como si creyeran que cien mil moteros pudieran derrocar el gobierno de un país. O que todos los futboleros pudieran dar un golpe de efecto de forma que girara el rumbo político de la nación.
(En teoría sí, por supuesto).
Pero ese miedo a poner fin al estado actual de cosas les atenaza (como ya hemos hablado con la escalada de la violencia en el fútbol). Y continuarán plegándose ante las exigencias de un grupo mediático. Los políticos siempre están esperando a que haya una serie de muertos para actuar. Mientras que la desgracia no ocurra, como que no pasa nada, ¿verdad? Labor de prevención ninguna, no vaya a ser que el público cambie de opinión en relación a los que están en la poltrona.
Las tasas tenemos que pagarlas todos los ciudadanos. Y si no existe una, que la creen. Aquí te dejo las tarifas vigentes para 2007. Como podéis ver, la fuente es el propio Ministerio del Interior. El dato que buscas está justo al comienzo de la página 7.
Son 23,60 euros por hora y agente por la escolta, control y regulación del tráfico en vías públicas en relación a eso que llamamos transportes especiales. Y no me parece excesivamente caro habida cuenta del sueldo que pueda tener un guardia civil (seguro que la empresa que lo paga piensa diferente). Claro que estos servicios entrarán dentro de la jornada laboral normal (no son horas extras), pues son notificados y asignados con antelación y no requiere desplazar gran volumen de personal.
Soy consciente de que ahora —en 2007— nadie ve aquello que yo propongo en este artículo. Si pegáis un repaso a la presentación de la bitácora veréis que ése es uno de los fines que tuvo el ponerme a escribir.
Tampoco se trata de vaticinar qué va a ocurrir en el futuro. Simplemente proponer nuevas formas de ver el presente.
Invita a repensar tu idea de que ha de ocurrir una desgracia para que los políticos tomen en consideración el solventar algo que podría considerarse en problema latente. En fútbol ya hemos vistos que han despachado el asunto de aquel Betis-Sevilla de un modo silencioso y templado.
La actualidad hace olvidar rápidamente lo ocurrido ayer. Y en deporte se vive de la actualidad. Ahora ya se piensa en la siguiente ronda de la competición, amén de en otros torneos (liga y champions).
Te agradezco el enlace a las tasas de la DGT. Lo que yo propongo es que se considere a todas las empresas por igual, y no se les den prebendas a las que organizan eventos deportivos (y de otra índole).
Se trata de un error basado en las supuestas cualidades benéficas que tiene el deporte para la sociedad. Que sí las tiene, pero referidas a su práctica y en el ámbito personal e incluso aficionado.
El deporte profesional supone un lucro para unos pocos. Y la asistencia a eventos deportivos no entra dentro de lo que yo considero beneficios para la sociedad.
A ver si los políticos empiezan a diferenciar, que se la están colando por la puerta de atrás.