Apr 27 2007
Ense et aratro
Escrito por laaguja | Archivado en: Magentareflexiones | lenguaje
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el 27.04.2007 (Friday) a las 00:44:10 y está archivado en
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El artículo me ha gustado. En tu línea inconformista viendo la cara del otro lado. Pero… con la espada y el arado ¿qué?
Pues eso, con la espada y el arado… (jajaja).
Con esta frase se define a quienes luchan con las armas en tiempos de guerra para defender a la patria, y en época de paz la sirven con su trabajo. Como los deportistas, vaya :-P.
El caso es que tenía ya escrito otro título similar (Casus belli) y viniendo del trabajo a casa recordé éste que obviamente era mucho mejor. Pero cuando llegué se me pasó cambiarlo; subí el artículo y estuvo expuesto un par de horas con este otro titular. Obviamente, con el cambio de título ha cambiado el permalink, algo prohibido en la blogosfera. (Me siento como un crío pequeño que ha hecho una fechoría, jeje).
No te quepa la menor duda de que relamente los clubes son como una especie de tribu o una especie de mini-estado con el que mucha gente se siente más identificado que con su propio pais o ciudad y que de esta manera defienden y respetan sus emblemas por encima de escudos nacionales o regionales.
De esta manera nos tenemos que dar cuenta de que los clubes de fútbol más importantes como el Real Madrid, Barcelona, Atletico de Madrid o el Sporting de Gijón que esta en segunda a parte de muchos más, ya disponen de su propia guardia pretoriana que son los hinchas radicales tipo ultras que sin entrar a valorar sus metodos rudimentarios defienden a sus equipos a capa y espada y muchas veces montan sus propias batallas o escaramuzas en la antesala de los partidos o despues del encuantro.
Para poder entender esto de los emblemas y comparar los clubes con milicias nos tenemos que remontar a los tiempos de la Antigua Roma cuando el Cesar brindaba a la plebe con los juegos y de alguna manera la plebe se olvidaba de las penurias y desdichas. En la actualidad el fútbol ( digo el fútbol por ser el deporte rey en España y en Europa pero tambien podía mencionar otros de portes rey como los americanos, f. americano, baloncesto o baseball) de alguna manera es un espectaculo que sin entrar a valorar si es un negocio o una especie de feria de ganado donde se compran jugadores como si fuesen vacas, es un espectaculado encaminado a distraer a la clase llana al igual que el circo en la antigua Roma.
Realmente con quien más negocio se hace es con la clase obrera , ya que son los que acuden a los estadios, se desplazan al extranjero cuando sus equipos juegan fuera, compran camisetas etc.
De alguna manera los valores del imperio romano aún siguen vigentes en la sociedad occidental ya que tambien se idolatra a jugadores tipo, Beckham, Zidane, Raúl etc como si de un Dios tipo Zeus o Hercules se tratase.
Bueno creo que ya me excedido un poco y he divagado un poco sin llegar a ninguna conclusión concreto aunque creo que puedo haber aportado algo con mi opinión. Para cabar tambien hay que mencionar que las carreras de cuadrigas de los romanos aún perduran en la actual formula uno.
Interesante esa comparativa entre las cuadrigas romanas y la fórmula uno. Es cierto que los mejores aurigas eran mimados por el público, que alababa a sus elegidos y detraía a sus odiados.
Igual que ahora.
Veo que has conectado con el espíritu del artículo. Existen muchas similitudes más. Sin ir más lejos, el deporte militar, o el uso que los militares vieron enseguida en la práctica deportiva.
La marcialidad del deporte es un hecho. Tan sólo he pretendido reflejar las sintonías más evidentes.
La reflexión que pretendía hacer llegar se encuentra en el último párrafo. Dejemos de aplicar máximas guerreras al mundo del deporte y tal vez consigamos una pequeña pero interesante mejora.
(Es interesante leer una crónica de un encuentro deportivo. Cuando el relator pretende ensalzarnos las maravillas vividas, se deja llevar y adopta un tono épico, como si de narrar una epopeya se tratara).
Hoy voy a ser extremadamente breve, Luis. El deporte, como la política, es una manera civilizada de hacer la guerra. O de hacerla por otro medios menos incruentos…
A Mao Zedong se le atribuye esta frase: “La política es una guerra sin efusión de sangre; la guerra una política con efusión de sangre“.
Tu comentario me la ha recordado. A este dirigente chino (corramos un tupido velo sobre su vida, obra y milagros) se le quedó en el tintero el deporte.
Pero el Puñetas es más sagaz, y rápidamente ha puesto los puntos sobre las íes y las jotas (que también llevan punto).
Me apunto la frase, sobre la que no me cabe duda de tu paternidad.
¡Buena comparativa! El deporte, que se perfila como un instrumento de paz, ha tomado de la guerra varias de sus señas de identidad.
Así se hace complicado satisfacer los objetivos inicialmente marcados. No puedes olvidar algo si lo estás continuamente recordando.
Pero yo no creo que el deporte sea un instrumento idóneo para traer la paz al mundo, como pretende el COI.
Todo eso de guerra incruenta está muy bien. Pero no es su destino. Es como si alguien dijera que la gastronomía une los pueblos y forja amistades y puede valer para el entendimiento de los hombres.
La gastronomía es lo que es, y el deporte es lo que es también, y no pueden ser más.
Para llegar a una paz mundial hay que dejar de hacer la guerra. Pero existen demasiados intereses económicos como para que eso suceda.
Pues muy buena también tu visión del cometido del deporte y de otros juegos humanos (la gastronomía no deja de ser un juego basado en la necesidad de alimentarse).
Efectivamente, para lograr la paz no hay cosa mejor que dejar de hacer la guerra.
Pretender utilizar el deporte como excusa para alcanzar una paz también supone un interés económico encubierto.