Hormigón para cuatro días
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El caso más sintomático de lo que comentas es el del Sevilla y el Betis, ambos con estadios de fútbol en la misma ciudad, pese a lo cual también se construyó un estadio olímpico donde poder jugar al fútbol, pero ninguno quiere hacerlo allí, así que dicho estadio se está muriendo de risa y de vergüenza.
Si las instalaciones son municipales o la Administración ha invertido dinero en ellas, como ocurre en muchos casos en los equipos del futbolín colorín, deberían usarse para algo más que el trote de los futbolistas, reconvirtiendo si es preciso parte de las instalaciones. Algunos pabellones de deportes (pienso en el Martin Carpena malagueño) están empezando a ser utilizados también para otras actividades sociales y deportivas ajenas al mundo del baloncesto, que es el uso más frecuente. Pero en fin, mientras nuestros correveidiles municipales (que diría el ya añejo García) tengan tan poco espíritu emprendedor y tan poca imaginación, tendremos -como bien dices- hormigón para cuatro días.
Y el caso es que el proceso para la construcción de las instalaciones deportivas está en manos de los ediles municipales (el alcalde y sus mariachis).
Habrá (y la hay) subvención de la Dirección General de Deportes correspondiente. Habrá en muchos casos también subvención del CSD. Pero lo que se llama en la legislación aplicada “el impulso”, debe provenir de la Administración local.
Así tenemos que el (supuesto) Plan Director de Instalaciones de una comunidad autónoma se va perfilando en función de lo que los ayuntamientos piden (y del color político de quienes lo piden y de quienes lo tendría que dar).
Y digo que “supuesto” porque en algunas legislaciones deportivas autonómicas se estipula que ha de existir, pero en realidad no existe. ¿Para qué dedicar tiempo y esfuerzo a redactar un documento que nadie piensa seguir? Además, una plan de ese tipo debería ser plurianual.
Pero plurianual a diez años vista por lo menos, con lo que habría que consensuarlo con la oposición, no fuera a ser que a las primeras de cambio se dé la vuelta la tortilla electoral y los que vengan recomiencen todo de nuevo rompiendo con los planes que ellos no han hecho. ¿Y para qué tomarse tanto trabajo?
En definitiva, que la construcción de las instalaciones deportivas se convierte en (yo diría que) todos los casos una apuesta electoral municipal: que si la piscina, que si otro polideportivo, que si campo de césped artificial, que si velódromo, que si frontón cubierto, que si estadio más grande para rivalizar con el de la ciudad vecina…
Que si bolera, que si canchas de tenis o/y paddle, que si rocódromo, que si zona de skating…
Últimamente que si complejo deportivo (o ciudad deportiva), que si complejo de ocio para actividades acuáticas, que si campo de golf, que si puerto deportivo, que si aeródromo, que si complejo de spa…
Recuerdo que tanto Puñetas como tú hicisteis una buena crítica del estadio montado exclusivamente para la Copa Davis en Sevilla. Y recuerdo también que les robaron la cubierta… que había costado un fortunón.
¿Qué más les da a estos manducones levantar una cancha de tenis que un tartán para atletismo indoor que un estadio de cemento y hormigón. A mayor obra mayores réditos. Que a lo mejor está mal que diga que el director general o el concejal de turno se llevan una comisión por la obra, pero no pueden evitar que diga que alguna empresa les va a quedar más que agradecida. Y cuanto más faraónica sea la obra mayor será el agradecimiento de los construcotores. Y ahora Olimpiadas en Madrid (o eso creen algunos). Pero nadie habla de transparencia. Ni siquiera los que pagan esas obras (o sea, nosotros) critican que se hagan porque les han dicho que eso les va a reportar beneficios (recuerdo que el año pasado criticabas aquí precisamente que de esos beneficios sólo nos dicen que son intangibles e incuantificables). Algo tiene que cambiar en la gestión pública del dinero para que la profesión de político se empiece a dignificar. Pero parece ser que a algunos hasta les molesta que se hable de sus propias retribuciones. Me parece bien que las callen si son privadas (si se pagan con dinero privado). No me parece bien si se pagan con dinero público.
Veo que me lees y que tienes buena memoria.
Pensamos de igual forma. La transparencia en la gestión del dinero público aún no ha llegado a la democracia española.
Alguien dijo una vez que las políticas se plasman en los presupuestos. De ahí que la transparencia en asuntos económicos no sea interesante para quienes mandan. Y quienes están en la oposición, como piensan que algún día les tocará mandar, callan para no pillarse los dedos cuando les llegue el momento.
Dices bien que es triste que los administrados no sepamos levantar la voz conjuntamente.
Pero mira, este fin de semana he estado de viaje. He ido a una de esas quince ciudades grandes del Cantábrico. Me ha llegado una información al respecto. Parece ser que el Partido SAIn está demandando precisamente la transparencia económica municipal. Saben que tienen que luchar mucho para llegar al ciudadano. Pero ya llevan un tiempo y están consiguiendo logros. De momento el que yo les haga aquí un enlace gratis, jaja.
Sobre lo demás que comentas no puedo yo tampoco decir públicamente que las obras municipales engordan el patrimonio de los concejales y alcaldes. Prefiero que lo digan los jueces. Y es que el caso de Marbella ha abierto la caja de Pandora (¿no he dicho esto último ya en otra ocasión aquí mismo?).
Y sobre el agradecimiento de los constructores no dudo de que son todos ellos bien nacidos. Igual que los organizadores de eventos de todo tipo: supercampeonatos, macrofiestas, megaconcursos… (o yottaolimpiadas).
En Argentina casi no hay club que no tenga estadio propio; se dan casos además como el de Racing e Independiente que tienen cada uno el propio para 55.000 personas aprox. a 150 metros de distancia o que a 30 cuadras aprox. de allí están también el de Boca y el de Huracán cada uno también con capacidad para 50 y 55.000.
Ahora que lo comentas me parece recordar que esto que dices fue tema de un post en tu estupenda bitácora hará cosa de año y medio tal vez.
Entiendo que esos estadios son propiedad privada, como podrían serlo cuatro edificios bancarios que se erigieran en un palmo de terreno.
Pero no sé por qué me da que ha habido dinero público para la construcción de al menos tres de ellos, y exención en las licencias de obras, y facilidades e incluso rebajas a la hora de pagar impuestos, y comidas y cenas entre los dirigentes de las Administraciones competentes y las directivas de los clubes beneficiados.
Estoy de acuerdo con lo que dice más arriba Juan Puñetas sobre los estadios del Betis y del Sevilla y me parece que habiendo en una misma ciudad tres estadios de fútbol contando el olimpico de la Cartuja creo que bien podían haberse ahorrado uno y creo que deberían de compartir estadio el Sevilla y el Betis conjuntamente al igual que sucede en Italia con diversos equipos de fútbol como el Milan y el Inter que comparten San Siro o la Juventus y el Torino que tambien comparten estadio y son de la misma ciudad.
Tambien veo bien la medida americana de utilizar un estadio para más de un deporte ya que de esta manera te ahorras dos instalaciones.
En cuanto a la administración, creo que algunas veces se pasan a la hora de realizar los estadios de fútbol, tal es el caso del ayuntamiento de Oviedo que construyo el nuevo Carlos Tartiere alla por el año dos mil cuando el equipo estaba en primera y al año siguiente descendió a segunda y la cosa no acaba aqui como ya sabemos todos lo peor es que en tres años acabo en tercera división con un estadio de 30 000 espectadores y aún hoy en dia deambula por la segunda b.
Creo que los politicos deberían de pensarse las cosas antes de llevarlas acabo porque me parece una barbaridad que un equipo de segunda B, que esta en puestos de descenso tenga semejante estadio y a saber el dinero que costaría hacerlo. En mi humilde opinión tal construcción me parece un despilfarro como una catedral de grande ya que con una pequeña reforma en el viejo estadio o si tenían pensado realizar otra construcción en el solar del viejo estadio con un estadio más pequeño tenían de sobra.
Pero bueno ya sabemos que los politicos de la administración local se ponen bastante nervisos cuando se acercan las municipales y tienen que empezar a hacer obras a la carrera un mes antes de las municiaples para ganar votos o conservar los que tenían.
Haces una comparación que a mí no se me había ocurrido. Dices que los estadios son como catedrales.
En realidad es algo parecido. Construir una catedral en la Edad Media era algo en lo que se contribuía con dinero de todos los fieles y también era una construcción desmedida para cuatro días de celebraciones sacramentales. No todas las catedrales se han convertido en centros de peregrinación.
Supongo yo que esto de los megaestadios es para pensárselo antes de abordar su construcción. Lo que ocurre es que quien toma la decisión juega con dinero ajeno, y así es más fácil no sentir apego por ello.
Pero el problema no es sólo de las grandes ciudades. En diferente medida y proporción ocurre tres cuartos de lo mismo en todos los municipios.
Estoy preparando un artículo sobre las nuevas tendencias a la hora de construir estadios. A ver si para la semana que viene lo tengo listo. Espero que sea de vuestro agrado.