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Bien es cierto que estos campos sinteticos son más comodos que los tradicionales campos de fútbol a la hora de su mantenimiento pero tambien hay que contar con que si un jugador se cae en un campo de cesped se lastimara mucho menos que si lo hace en uno sintetico ya que el plastico del campo te raspa las piernas de una manera icreible.
Me parece que como habitante de la España verde, se esta perdiendo con estos campos la diversion que producia jugar de niños partidillos en los campos enbarrados cuando llovia, granizaba y hacía mal tiempo en definitiva y creo que los jugadores y tecnicos de los pequeños clubes se estan convirtiendo en unos señoritos vagos que no quieren llevar ni la tarea de acondicionamiento del campo.
Creo que estos campos estarían mejor en Castilla, Andalucia o otra comunidad más seca pero no en las humedas, donde lo que sobra es agua para tener verde el campo.
Eso que dices, que total por ochenta o cien milloncejos de las antiguas pesetas, es muy relativo ya que para muchos municipios gastar ese dinero en un campo semejante es un despilfarro cuando , no, una cosa absurda.
Pues qué quieres que te diga. Los clubes de fútbol, con su prepotencia hacia otros clubes deportivos, no se llevan mi devoción. Pero hay que reconocer que el mantenimiento de un campo de fútbol es una tarea ardua.
Antes (por antes) se hacía de igual forma. Pero es que antes (por antes) no había mucho que hacer.
Ahora tenemos todos menos tiempo. Y dedicarle nuestro tiempo, nuestro dinero y nuestro esfuerzo a mantener una propiedad municipal como que no es exigible a nadie.
La relación de cosas está cambiando; se esta llegando a un nuevo paradigma.
Si no hay nadie para cuidar el campo; si a nadie le interesa desvelarse por los clubes de base (cosa que habría que proponer como si de un plante se tratara); si nadie tuviera un gesto altruista, como hacen —hacemos, voy a decir ya de una vez— los directivos de los clubes de base (no soy directivo de un club de fútbol y no creo que lo sea nunca), tal vez toda nuestra sociedad pierda algo.
En realidad no tengo una opinión formada sobre la conveniencia o no de los campos de césped artificial. Es algo en lo que me mantengo vigilante, oyendo las voces que se levantan y coincidiendo con unos y con otros.
Digamos que entiendo a los que abogan por estas instalaciones y me limito a posarles cuestiones a los que reniegan de estos campos artificiales.
La frase de los “milloncejos” era una pura ironía.
En el Norte porque llueve mucho y en el Sur porque no llueve nada… El caso es que ésto de los campos de césped artificial es la nueva epidemia que nos asola, aunque soy de la opinión que no todas las epidemias son malas. Estamos en unos tiempos en que una idea que tiene éxito se repite hasta la saciedad, hasta el aburrimiento, hasta que acabamos odiándola. Que un tipo de canción da el bombazo: todo dios se dedica a imitar ese tipo de música. Que gusta una película determinada: se filman 3512 con parecido argumento. Que un ayuntamiento hace un parque para perros y el personal dice, mira, qué mono…: el resto de los ayuntamientos harán lo mismo. Es la producción en serie y en cadena, que ya no se limita sólo a la cosa de la siderurgia, el automóvil o la leche en tetrabrick. Así que por Málaga capital en los últimos años se han construido bastantes campos de césped artificial y todavía quedan otros tantos, hasta llegar a la renta per cápita que algún listo vendedor ha debido fijar. Por el Sur y por el Norte. Por el Este y el Oeste. Pensamiento único. Y todo artificial, claro, que lo natural está más antiguo que el tío de las gaseosas de que hablaba en el anterior comentario.
Jodé, acabaremos un día mirándonos al espejo en busca de algún obsoleto rincón de nuestro cuerpo que todavía no sea postizo o artificial. Y si no, al tiempo…
Sabia respuesta sr. aguja. En este mundo loco y superindustrializado en el que vivimos por no ser natural, ya no lo es ni el aire que respiramos y sin animo de decir palabras malsonantes como dice el dicho: si culo veo, culo quiero…. y eso es lo que somos unos copiones.
Lo que me extraña es porque los equipos profesionales, no adoptan este tipo de campos en sus estadios.
uuy! arriba donde pusé mr. aguja queria decir Juan Puñetas
Hay un artículo en esta bitácora que habla de por qué los profesionales no jugarán nunca en césped artificial. Lo busco y en unos minutos te lo enlazo desde aquí mismo.
El artículo es Quince millones de euros, y es de marzo de 2005 (hace más de dos años). Tendrás que leer también el buzón de alcance, que es un invento mío para añadir información a artículos ya publicados. Al final del artículo, junto a la fecha, aparecen dos sobres que simbolizan ese buzón. Ahora ya tienes algo más para leer en esas noches que nos decías el otro día en otro comentario.
Los políticos necesitan justificar sus cuatro años de mandato. Las instalaciones quedan y se ven. Las actividades pasan y la gente las olvida. Es natural que aboguen por llenarnos las ciudades de “cosas” que se vean: parques y jardines, carreteras, autopistas, palacios de congresos, pabellones deportivos, piscinas, auditorios, campos de golf, puertos deportivos, aeródromos, parques temáticos, museos…
Como recordarás, una relación parecida a esta la desglosaba yo no hace tanto con motivo de otro debate abierto en esta Aguja de Bitácora.
Es hasta lógico que en cada vez que alguien encuentra un nuevo “filón” éste sea explotado por todos los demás políticos-monstruitos. Y es que la originalidad ya se está agotando. Ellos van escasos de neuronas y todas la ciudades ya tienen de todo.
Yo he propuesto hace unos años que se construya un astropuerto. No tendrá mucha utilidad hoy en día, pero seguro estoy de que es copiado hasta la saciedad, como ya reconoces tú mismo en tu intervención.
“Semos asín”, que reza el dicho castizo.
En Argentina lo habitual para los partidos de entre 5 a 7 jugadores es hacerlos sobre piso de baldosa; tradicionalmente se lo denomina “papi-fútbol” (o cuando lo juegan niños: “baby-fútbol”).
Veo que no hay consenso internacional en esto del fútbol 7. Lo de la baldosa me llama la atención. Aquí en España llamamos baldosa al material que hay por ejemplo en el suelo de una casa. Supongo que sea tan duro como el mismo cemento. En España los polideportivos nuevos ya incorporan un suelo sintético, como si de un sintasol (no sé si esta palabra designa lo mismo en Argentina) se tratara. Los hay de varias calidades, llegando algunos a tener un índice de absorción del impacto sin llegar a sentir que se está pisando en falso.
Lo más normal, hasta ahora, eran los suelos de cemento pulido. E incluso en algunos sitios a la intemperie se utiliza asfalto.
Son suelos duros —y el asfalto, además, es abrasivo—, pero la baldosa me parece que podría ser deslizante (algún pabellón he visto yo por esta España nuestra que el suelo estaba conformado por baldosas, pero no es lo habitual).
Los polideportivos en España suelen adaptarse para albergar una cancha de 40×20 metros más unos metros laterales usados como zona de seguridad. En estas dimensiones se juega a fútbol sala, 5 contra 5, porque para 7 contra 7 no hay espacios.
Por eso se juega a fútbol 7 en la mitad del campo de fútbol (dimensiones que matizo más abajo en mi respuesta a Manolo, el del Bar Deportes).
Nos gustaría saber algo más sobre ese papi-fútbol, Leonardo.
Yo tuve la suerte de jugar en uno de los primeros campos de futbol artificial de Barcelona (hará unos 15 años) y a partir de ahí, jugué unas 8 temporadas en ese césped y otras tantas en tierra (aquí el césped es utopía). La verdad es que es una gozada. Se juega mejor, el campo siempre esta en condicones y encima te puedes tirar al suelo (si está regado no te quemas y si te quemas, en todo caso te quemas menos que tirándote en tierra).
De lo de los campos de fútbol 7. Aquí si que juegan dos partidos a la vez. Pero aquí no son todo el ancho de medio campo sino que recortan un poco en cada lado.
Es cierto. Los campos de fútbol 7 van desde la frontal del área hasta (más o menos) metro y medio de la línea de medio campo. Decir que ocupan medio campo fue una licencia que me tomé. No era una afirmación literal.
Pero me extraña eso de que se jugaran dos partidos (entiendo que oficiales) a la vez. ¿Cómo hacíais cada vez que un balón invadía el otro campo? Es de entender que eso no ocurre cada cinco minutos. Pero al menos sí debe ocurrir media docena de veces por partido.
Me imagino a un defensa, que atento a la penetración del rival, se llevan un pelotazo en la cabeza desde el otro campo sin verlo venir. Tal y como están las cosas hoy en día supongo que el delantero ni pararía, sino que aprovecharía el knock down del lateral que le cerraba el paso. Y con un poco de suerte, y si la otra pelota le queda “a huevo”, hasta mete dos goles y remonta el partido, jajaja.
Ya me contarás qué hacíais para evitar que el balón pasara de un campo a otro.
Bueno, ahí queda tu crítica del sistema y tu visión del futuro. Por todo el Cantábrico se percibe esa bajada en la afluencia a los entrenamientos de fútbol.
De momento, son equipos puntuales los que o bien han desaparecido o bien están al borde de la extinción. Pero alcanzado cierto número, bien podrían empezar a desaparecer geométricamente.
¿Y no es precisamente el fútbol del Cantábrico el que está en crisis?
Tal vez la solución sean las ligas de fútbol 7 en categorías de base.
A ver si Manolo, el del Bar Deportes, nos puede explicar a los de esta parte norte qué ocurre en Cataluña. Si las ligas de fútbol 7 son muchas y fuertes, y si surgieron como alternativa al fútbol 11 ante la complicación de reunir efectivos para completar equipos de 18 ó 20 jugadores.
De momento, por estas provincias del Cantábrico, suscribo lo que dices. La crisis se está notando en el fútbol base.
Pues sí. Es el fútbol del Cantábrico el que está en crisis. Pero, ¿crees que esa crisis del fútbol profesional es reflejo de lo que se vive en las categorías de aficionados? (de tercera para abajo).
No había yo pensado en ese efecto dominó que presentas (o efecto bola de nieve, o todo ello).
Sí, haber si el dueño del Bar Deportes nos ilumina sobre la progresión que vivieron esas ligas de fútbol 7 en Cataluña.
Después de todo el fútbol catalán no está en crisis, con tres equipos en primera división esta temporada que acaba de terminar. Y un total de siete equipos que ha tenido en primera división el fútbol del Mediterráneo. Y dos más del Mediterráneo que suben a primera (aunque baja un equipo catalán).
Definitivamente el fútbol de aquella parte de España no está en crisis.