Jan 18 2008
Cómo quedarse sin un artículo
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el 18.01.2008 (Friday) a las 23:55:52 y está archivado en Rojo.
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(Jean Dolent)
«Las radios rechazan de forma unánime 
Ya te habrás enterado que al final ha intervenido la justicia y ha puesto las cosas en su sitio, al menos en cuanto a la agresión. Aunque a más de uno le parezca que eso es intrometerse en camisa de once varas, me parece estupendo. A ver si se acaban así ciertos topicazos y muchos comportamientos consentidos.
Hay otros deportes que se lo montan mejor en estas cuestiones, poniéndolas negro sobre blanco en los contratos y en los reglamentos. Tengo un recorte de varios renglones de un periódico en donde se afirma lo siguiente: “Pierde por no saludar a su rival”. Hablamos de ajedrez, de una partida en un prestigioso torneo holandés. Uno de los jugadores se negó a estrechar la mano de su adversario y el árbitro le dio la partida por perdida. Esta “insólita” decisión la justificó el árbitro en que hay una reciente normativa de la FIDE que así lo contempla.
¿Decías que te habías quedado sin artículo? Pues aquí hay para uno largo y tendido…
Siempre he dicho que la arena de juego no está fuera del alcance de la legislación vigente. Fue Maradona el que defendía que “lo que se hace en la cancha queda en la cancha”, y en su día escribí sobre el error mayúsculo que supone esa doctrina.
Ni la arena de juego ni los vestuarios están fuera del alcance de la legislación vigente. Hoy en día ni los domicilios están fuera de ese alcance, por mucha inviolabilidad que les reconozca la Constitución. Que se lo pregunten a los miles de denunciados y denunciadas que hay por maltrato doméstico.
Aquella frase de la película Ben-Hur (1959) —no la he encontrado en el libro—, cuando el Sheik Ilderim (interpretado por Hugh Griffith) le dice a Judah Ben-Hur (Charlton Heston): “la ley no rige en la arena del circo; muchos se matan“, dándole a entender que podía cobrar venganza nada menos que de un romano y quedar impune, sólo tenía sentido en la época que se representa en el filme.
Pero han pasado dos mil años desde los romanos y algo hemos avanzado, digo yo. Y las leyes están para respetarlas y hacerlas respetar. Pero esto ya es harina de otro costal, ¿eh, Juan?