La mejor tumba es la más sencilla
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En primer lugar decirte que estoy bastante de acuerdo con lo escrito en este articulo y sin animo de ser repetitivo quiero dar mi opinión ya que este es un tema que mucha gente puede considerar delicado y que como bien has dicho en la cultura en que nos hemos criado se considera “tabú” pero ¿ por que no hablar de una “meta” que tenemos todos por destino desde el dia de nuestro fallecimiento?.
La verdad es que cuando ocurre un asesinato, fallece una persona joven, un deportista, muere alguien a consecuencía de un atropello o cualquier circustancía parecida, todos nos convertimos en unos santos y cuando entrevistan a alguien en la televisión siempre se escucharan las mismas “palabrejas faciles” de si fulanito era una excelente persona, no se metía con nadie, era muy bueno, siempre estaba ayudando a los demás y que si patatín y que si patatan.
Lo que nunca escuchamos es decir ” fulanito era un sinverguenza o era un hijo de la gran…….” con todos los respetos.
¿Realmente los daños causados por una persona se esfuman y desaparecen el dia de su fallecimiento?, en cierta manera si porque el individio ha dejado de existir pero sus daños siguen hay y quizas mucha gente se beneficie y se sienta descansada con la defunción de un indeseable.
En definitiva,( cierto es que en la cultura de la mitad sur peninsular respecto a la muerte y muchas otras cosas es bastante diferente a la de la mitad norte) creo que este no debería de ser un tema tabú porque como mencionó más arriba esta no deja de ser la meta de nuestras vidas ya que desde el más rico al más pobre, desde el blanco, al chino o al negro todos nacemos con esta finalidad y no hay más.
Es una fase de reciclaje.
psdt: Seguro que mucha gente se puede sentir descansada y satisfecha con la defunción de algún supuesto cabrón.
un saludo
en el comentario de arriba donde pongo fallecimiento quiero decir nacimiento como es obvio.
La muerte -la estación términi de la vida- no puede estar ajena a la cultura. Ello explica que en distintos países, regiones y hasta lugarejos se viva interna y externamente de manera bien diferenciada. Hay quien la afronta de cara y quien la oculta, quien la asume como inevitable y quien jamás podrá comprenderla, quien la llora ostentosa y públicamente y quien lo hace en la más absoluta intimidad. No por el hecho de fallecer uno ya puede ser catalogado como buena persona y tal, pero considero que -salvo casos sangrantes como grandes dictadores, criminales o así- no pasa nada por echar ciertas flores al fallecido, sabiendo como sabe todo el mundo que en esto hay mucho de hipocresía, o de mantener las formas o los “buenos” modales. Al fin y al cabo el difunto ya nunca más va a volver a hacer jugarretas, maldades y cabronadas. Más bien, a partir de ahora, habría que preocuparse por quien le va a suceder en estas cosas.
Claro que lo antedicho está muy bien siempre que no olvidemos, siempre que no convirtamos a la muerte en una tabla rasa que ha terminado con todo lo anterior. Murió una vida pero todo lo que la rodeó y lo que ésta hizo y creó perdura y, seguramente, sigue produciendo consecuencias. Es evidente que, por remitirnos a Puerta, debería haberse realizado una autopsia y si hay evidencias de dopaje o cosas raras, investigarse. La celebridad de un personaje, sea futbolista, gobernante o famosillo del celuloide, nunca debe primar sobre la verdad que se esconde tras él. El problema, sin embargo, es que con la muerte muchos personajes suelen llevarse trágicamente consigo numerosos secretos y grandes verdades. Luego, salvo pruebas incontestables, me parece muy peligroso (y a veces poco ético) sacar cuestiones a menudo sin fundamento, para las que sería precisa la opinión del finado. Me viene a la mente el caso Pantani de hace un par de años, de cuyo aparente suicidio se podrían sacar muchas conclusiones aunque casi todas supuestas.
En cualquier caso el tema es delicado porque, como bien dices, la muerte sirve en ocasiones de coartada para tapar otras cosas. Y de hecho muchas muertes violentas o imprevistas o enigmáticas ocurren por eso mismo (caso Diana de Gales, por ejemplo?). A mí no preocupa tanto el tema de que se hable de los muertos (hay que recordar la memoria de quienes nos antecedieron, sea buena o mala). Más me preocupan los “vivos” que hacen negocio a costa de los muertos o que tergiversan su memoria buscando pingües beneficios, como hacen muchas telemierdas rebuscando en la intimidad de famosos y famosas que ya estiraron la pata.
La muerte, para muchos, es un estupendo negocio. Quebrará una guardería por falta de niños, pero no una funeraria por falta de finados.
Sin ningún tipo de complejo sobre la muerte, los muertos, y los vivos, Nieves Concostrina es la titular de un fenomenal microespacio en RNE5: Polvo eres.
Sobre las diferencias culturales sobre el tratamiento que se hace de la muerte, me hace una gracia particular los tabúes de ciertas culturas (algunas españolas) a la hora de hablar de la muerte, pero que se acuerdan de tus muertos para insultarte. Te diré que en este norte nos choca que alguien se ensucie en tus muertos a modo de burla. Simplemente no lo entendemos como insulto, aunque no descarto que alguna bofetada se escape habida cuenta del contexto y del lenguaje no verbal que siempre acompaña a este tipo de manifestaciones.
Sobre el suicidio diré que es un tabú dentro del tabú que es la muerte, y por ello merece un tratamiento especial.
Ahora bien: yo quiero saber. Quiero saber por qué se muere un deportista joven que está valorado en una porrada de millones y cuya SAD tiene un equipo médico con dedicación completa para el equipo profesional. Y no me vale eso tan manido de que es un problema congénito indetectable que nadie sabe que lo tenía hasta el día que se muere de ello. Pues no, mire usted. No me lo trago. Necesito más explicaciones.
Y también quiero saber por qué existe un fondo de reptiles para pagar las neuras particulares de los deportistas que han logrado algún título en deportes olímpicos (los deportes no-olímpicos ni existen).
Sobre este asunto de costear con el dinero de todos los problemas personales y particulares de los deportistas famosos hablaré a la vuelta de las vacaciones semanasantiegas, que me temo que van a demorarse un poco más de lo predicho en el cierre porque estoy muy cómodo sin hacer nada.