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Me reconforta enormemente volver a leer ese artículo de mayo de 2005 sobre aquella niña asturiana. Ya entonces poníamos a parir la situación, lo cual demuestra que nuestras críticas actuales al cantamañaneo de doña Bibi y sus cuates están bien fundadas y vienen de largo. A ver si hay suerte, hombre, y algún alma caritativa pasa nuestros artículos a quien corresponda (el mayor orgasmo sería a doña Bi, claro) a ver si se pone las pilas adecuadas (no las de moverse en plan muñeca barbie) y empieza a actuar en la buena dirección. No lo creo porque aquí hay demasiada farándula y poco pico y pala (basta ver al jefe), pero no está mal despedir la temporada con algún sueño calenturiento. Lo digo por la temperatura ambiental y de la otra.
Vistas tus propuestas idiomáticas, tan sensatas como las de B. (no podrán decir que somos unos compadres que sólo nos limitamos a criticar, sin aportar ninguna idea constructiva), sólo me queda despedirme como el bitacoristo, Juan Puñetos. (Al final acabaremos por no enterarnos de nada, pero ¿y lo que nos reiremos, con lo bueno que es eso para la salud física, mental y sexuá?). ¡Gracias, Bibiana Aído! ¿O es Aída Bibiano?