Oct 28 2008
Califa en lugar del califa
(coloque el cursor sobre las estrellas que desee otorgarle y pinche)
Aún no hay votos
= deficiente | 
= insuficiente | 
= bien | 
= notable | 
= sobresaliente
 Versión imprimible |
 Deje su opinión |
 Compartir |
 Leer comentarios |
http://www.elespectador.eu/viejoblog/2008/10/califa-en-lugar-del-califa/trackback/
Este artículo se publicó
el 28.10.2008 (Tuesday) a las 23:55:24 y está archivado en Morado.
Puedes seguir cualquier comentario a este artículo por el RSS 2.0 feed.
No hay posibilidad de comentar ni hacer ping a este artículo.
|
Anterior : « Olé |
Posterior : Cagarro » |
(Jean Dolent)
«Las radios rechazan de forma unánime 
Iba a escribir que lo que hace ese senador es el deporte nacional, pero buscando una cosa en la interné sobre el periódico Le Monde, me salen noticias de hace un año en que el diario acusaba al Madrid y Barcelona de dopaje. Y como estos equipos se querellaban y pedían tropecientos mil euros de paga y señal. Aquello quedó en agua de borrajas porque era un simple canto al sol, como lo suelen ser el 90 % de las cosas que se achacan sin pruebas concretas. Yo lodisculpo si quien acusa es un pobre desgraciao que, a menudo, lo hace por cuestión de superviviencia o revanchismo limitadísimo; pero cuando es una pelea entre gallos de ídem, me suena más a navajazos internos y a cuento chino que a otra cosa. Si algunos se tentasen la ropa antes de ladrar al prójimo con pruebas tan escasas como un informe de un inspector de Hacienda o un par de libros hojeados (el alcaldito de Puerto Real), nos ahorraríamos muchos sofocos. Al final todo queda un “y tú más” del contrario, que tampoco demuestra nada, pero que deja las cosas en empate. El boomerang no es un artilugio muy usado por estos pagos y debería ser obligatorio suuso. No sé si me explico bien y se me entiende…
Lo del bumerán no te lo acabo de entender. Lo que sí se debería poner en práctica es una especie de guillotina institucional. Quiero decir, que al político que se columpie se le remueva del sillón a las primeras de cambio.
Algo así como hacen con el dopaje: al primer renuncio en el que sea atrapado dos años al dique seco; la segunda vez removido de por vida de la poltrona.
Verías como muchos iban a pensarse dos y tres veces eso de abrir la boca antes de decir sandeces.