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Se repite con este chico, y con los deportistas “elegidos” por la “gloria”, lo mismo que con los famosos de cine y musiquilla, de pasarela y bufoneo: son queridos por el pueblo llano y esdrújulo, en un montaje bastante agudo por parte de quienes nos teledirigen. Los encumbran fuera de su propia órbita (el deporte) para mostrarnos a seres angelicales o comprometidos o mágicos, ejemplos a seguir (¿pero cómo?) y a imitar (¿pero porqué?).
En una manifestación callejera los famosos de diverso pelaje son elegidos para ir en la cabecera; si hay que convencer sobre las bondades del poder, se recurre a los “artistas”, gente excelente en lo suyo pero tan negada como los demás en otros ámbitos y lugares. Se les iconiza, como si detrás de ellos no hubiera una biografía y unas relaciones de poder y una cuestión ideológica. Ante y con ellos la gente se emociona, llora, ríe y la más chalada hasta sería capaz de dar un ojo porque algunos de sus ídolos no perdieran el suyo. El becerro de oro sigue siendo el dinero y la fama, representado perfectamente por esta patulea de famosos, desde el cine hasta el arte, pasando por el deporte. Mientras nos fijamos en los artistas, los cortesanos y los reyes pueden hacer de su capa un sayo, que no conseguiremos enterarnos porque estamos muy distraidos con el espectáculo de esta espectacular tropa de bufones y magos, siempre en las pantallas y altavoces amigos.
Perdona que me repita: “me resulta lejano y ajeno quien lo ha tenido todo desde la cuna” ya que no me siento identificado por alguien así.
E ignoro cómo gentes con problemas diarios, personales, familiares o/y laborales, se declaran nadalistas, alonsistas o raulistas, como si de unos mesías se tratara. Y no son un club reducido, no; son legión.
De vez en cuando me paso por esta bitacora y le echo un vistazo pero sin llegar a escribir, pero esta vez no me pude resistir y he de decir que estoy totalmente de acuerdo con el autor del mismo, al 100%.
Este Nadal, es un presumido que a mi parecer no se merece lo que tiene.
Un articulo muy bueno y de sobresaliente, si señor.
Pues muchas gracias por la confianza depositada.
De un chaval joven, famoso y que fabrica dinero no se puede esperar un discurso eminente. Se nota, en comparación con los famosos del fútbol, que éste ha ido a la escuela de pago. No sé si la habrá aprovechado. Pero descuida que no le va a hacer falta titulación alguna.
En resumidas cuentas, un divo moderno que para más inri está siendo elevado a la categoría de héroe nacional. Otros hicieron más por su país y sólo les ha quedado una paga “digna” y una mutilación. (Estos divos lo que hacen lo hacen por ellos mismos).