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En el 3er párrafo acierta de pleno, me parece lo más brillante del artículo porque sin necesidad de muchas palabras deja clara l hipocresía con que se está tratando a Phelps, usándolo como cabeza de turco ahora que ha logrado algo histórico para esa federación que hoy lo repudia.
Por otro lado,el tema de las sanciones a deportistas recuerda a otro artículo que leí aquí hace algún tiempo en que se decía que los estadios de fútbol en los que hay lanzamienos de objetos al terreno de juego solo son sancionados cuando hay algún herido y, por tanto,se sanciona la puntería y no los propios lanzamientos de objetos. No me preguntes por qué los relaciono, puede ser por lo erroneo del criterio sancionador…
A mí, particularmente, me hacía más gracia el quinto párrafo, precisamente el que he destacado en azul. Sin duda cualquiera de los dos párrafos pone de manifiesto lo que dices, la hipocresía que reina en este mundo del deporte profesional en relación con la llegada de la lucha antidopaje.
No olvidemos que todas estas leyes antidopaje, a las que los quijotes españoles nos hemos subido según rancia costumbre sin que hayan sido experimentadas previamente en otras latitudes, están aún por superar los recursos y los tribunales de más alto rango.
En una de estas tenemos una sorpresa y el revolcón que se lleva el ministrín de deportes es mayúsculo, aunque sólo sea por haber pasado por encima de cosas tan tontas como los Derechos Humanos. Veremos si Rafaelillo Nadal no me falla y tira del convoy que se está preparando para luchar contra este estado policial que acongoja y atenaza al mundo del deporte profesional.
¡Rafaelillo Nadal, for President, je, je…! (¿Sería el comienzo de su futura y “prometedora” carrera directiva…?)
Ten por seguro que nada de lo que hace Rafaelillo es casual, sino que ha sido previamente orquestado por el clan Nadal. Desconfía, pues, de su candor porque es artificial.