Jaimito, el ministrín del deporte…
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Don Ja, Ja, Jaime, como buen político, sabe donde están las buenas castañas pilongas. No en legislar sobre esas bagatelas de la seguridad en los campuchos en que se caen o vuelcan las porterías o sobre el deporte de base. Aquí lo que da fama, pasta y votos (aunque él no los necesite pues para eso tiene al amizo Za, Za, Zapatero) es salir en los grandes acontecimientos deportivescos, poner el careto al lado del as de turno y perseguir a todo el que se toma una aspirina cuando está resfriado. ¡Dopaje, vade retro, Satanás!
Nos pone don Ja.
Esta gente está celebrando su propio partido. A ver qué hace el de al lado para anticiparse y decir algo que les pueda dar popularidad. E incluso amagan y envían información interna falsa para que el de al lado salte en el vacío y se columpie dando la cantada. Ellos a lo suyo. Los demás formamos el teatro de operaciones en el que se mueven. Se utilizan unos a otros (medios de comunicación, políticos de la política, políticos del deporte), se apoyan y se venden entre sí según convenga. Y no se enfadan porque todo va en el sueldo, todo es parte del juego que se traen. Entre tanto, que mueran dos o tres niños al año en España, máxime cuando sólo las necrológicas y un triste blog como éste se hacen eco, no es algo que les quite el sueño. Lo dicho, tienen la conciencia tranquila… el deporte español cabalga con viento de popa. De culo, quiero decir.