Apr 17 2009
Deportistas de (sobre)peso
Escrito por laaguja | Archivado en: Magentaexperiencias y anecdotas
¿ ME PUNTÚA ESTE TEXTO ?
(coloque el cursor sobre las estrellas que desee otorgarle y pinche)
= deficiente
| = insuficiente
| = bien
| = notable
| = sobresaliente
http://www.elespectador.eu/viejoblog/2009/04/deportistas-de-sobrepeso/trackback/
Este artículo se publicó
el 17.04.2009 (Friday) a las 23:55:32 y está archivado en
Magenta.
Puedes seguir cualquier comentario a este artículo por el
RSS 2.0 feed.
No hay posibilidad de comentar ni hacer ping a este artículo.
Muy interesante eso de que alguien que no ha pisado un gimnasio, jamás ha tenido un preparador físico y, todavía mejor, nunca ha hecho deporte, gane un torneo tan importante como el Augusta 09 de golf. Ya hace unos años escribimos ambos sobre qué es eso de “deporte”. (Recuerdo que hasta califiqué a la siesta como un bello y placentero deporte, o sea que…). El golf entra en esa categoría de deportes (usando la calificación “social” que señalas) en que algunos dudan sobre si es correcto o no el término, pero nosotros somos muy permisivos (más que la sociedad a la que pertenecemos) y no tenemos inconveniente alguno en aceptarlo como tal. Ya digo, no hace falta hacer deporte para ser un campeón del deporte. No es paradoja, es como lo de Teresita de Jesús: vivo sin vivir en mí…
Conozco a varios que juegan al golf desde hace años (o sea, que no son neófitos, donde abunda el tonteo) y todos hablan maravillas de este deporte. Incluso están enganchados al mismo. Debe tener su aquel y confesaré que también a mí me encantaría practicarlo. El problema es que la inversión inicial es elevada -especialmente por los palitroques- y nunca sabes si al final te merecerá la pena pues, además de pillarle el gusto, los campos están fuera de las ciudades y no siempre abundan. Hace falta que encuentres a varios amigos con los que jugar (fundamental llevarse bien para charlar y pasarlo bien entre golpe y golpe). O sea, que no te lo ponen fácil. Ya me gustaría, ya… Jugar en un ambiente tranquilo y relajado, rodeado de verde, charlando amigablemente con los amigos y practicando lo de meterla en el hoyo, es sumamente atractivo. Yo creo que eso lo ve cualquiera y a cualquiera le gustaría practicarlo pues no exige grandes esfuerzos. Algunos, como señalas, hasta fuman entre hoyo y hoyo. (Los que no podemos -la mayoría- tenemos que conformarnos con, de higos a brevas, jugar al sucedáneo del minigolf de algunas atracciones turísticas).
No creo que ya sea un deporte de ricos. Hace 15 años -cuando ocurrió lo que cuentas- todavía o quizás, pero hoy día es más asequible dado que la clase media ha aumentado sus filas. (Otra cosa es que para ser un jugador de élite debas tener un patrimonio bastante holgado, pero eso pasa también en otros deportes individuales). También es fundamental que haya suficiente oferta de campos. En este Sur abundan, por la cosa turística, por lo que no es difícil poder acudir a alguno de ellos sin que al bolsillo le salga un enorme agujero. Incluso hay urbanizaciones que tienen uno como complemento.
Es un deporte de lucha individual contra uno mismo y el hoyito puñetero por lo que no suele abundar la violencia ni la discusión ni esas tonterías típicas de los deportes de rivalidad entre el personal. No se conoce de ningún golfista que haya roto o tirado al río sus palos por fallar un golpe fácil. (Quizás porque no son baratos y cuesta mucho adaptarse a otro juego de palitroques). Eso sí, es probable que -junto a los deportés naúticos- sea de los que alberga más cantidad de tontos amateurs por kilómetro cuadrado, pero de eso no tiene culpa el golf sino el que todavía haya mucha gente que se cree que es un deporte de élite y que practicarlo supone entrar a formar parte de los elegidos. Normalmente suelen durar bastante poco en el invento. Cómo el tontícola de tu anécdota.
¡Uyuyuyuyuy!, que me parece que el Puñetas se nos va a dar un salto al seto y nos va a dejar aquí más solos que la una.
Esto del golf es una actividad lúdica. Y punto. Como el prurito de hacerse llamar deporte atrae fans, sponsors, glamour, showtime, share, y no sé cuántos barbarismos más, pues todos corren a llamarse deporte.
Que si el arte fuera lo que más en boga estuviera no dudes de que todos, desde el fútbol hasta el golf, pasando por la hípica, la vela y hasta el tiro con arco, no dudarían en hacerse llamar arte.
Pero, amigo, las cosas del arte y del intelecto están más muertas que Carracuca, y lo que tira es el ocio, desde el deporte hasta el despelote, pasando por los videojuegos y la siesta tras tapas y cerveza.
Y como siempre, las clases pudientes hacen su aparte. Que no, hombre, que no, que no pueden jugar a lo mismo que los demás. Hay una frase de un libro antiguo… Deja ver si te lo encuentro…
Aquí está… Permite que te la transcriba:
Está extraído del capítulo 2 del libro “Deporte y municipio”, de Ortega, Camps y Lagardera, editado por Publicaciones de Juventud y Sociedad en 1985.
Bueno, pues eso. Que a medida que algunas actividades se han ido extendiendo a la plebe, sus originarios practicantes han ido perdiendo interés en ellas. Le pasó al boxeo y al fútbol, originalmente practicados en los colegios más selectos de Inglaterra. Y cuando digo originalmente (aviso a los imberbes) me refiero al siglo XIX por lo menos (siglo 19 para los de la LOGSE).