Renegaba en este artículo de la opacidad que hay a la hora de informar al gran público, ese que paga los espectáculos deportivos a base de impuestos, del coste real que supone para las arcas nacionales la organización de grandes eventos deportivos.

En vísperas de la final de Copa de fútbol, el despliegue de las Fuerzas de Seguridad del Estado (esas mismas a las que nunca les agradeceremos lo bastante su presencia y su labor) previsiblemente iban a tener para el Erario público un coste en euros del que, al menos un servidor, no ha recibido información alguna a través de los medios de comunicación de masas.

Tal vez haya aparecido el presupuesto destinado al evento en algún epígrafe gris de esos boletines oficiales que uno no puede estar leyendo de continuo.

Mi denuncia iba dirigida a que el gasto está ocasionado (nunca cuestioné la conveniencia y oportunidad de la presencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado en el evento) por un acto que supondrá unos pingües ingresos en las cuentas de los organizadores, sin que sepamos que contraprestaciones ofrecen éstos a cambio.

Pero no sólo el fútbol iba a levantar mis críticas. Esta semana nos informaban mediante un completo despliegue informativo de la cobertura que tendrá La Vuelta ciclista a España gracias a la Guardia Civil de Tráfico, cuerpo al que tampoco nunca les agradeceremos convenientemente sus desvelos y su servicios en la carretera.

Pero tras la atenta lectura del artículo, he echado en falta la información económica; el coste en euros que tendrá para el contribuyente el despliegue que precisa el evento ciclista nacional por excelencia: salarios extraordinarios, combustible, dietas, estancias…

Evento deportivo del que algunos pocos obtienen también excelentes beneficios económicos sin que sepamos que desembolsen un duro para paliar el coste que le supone a las arcas públicas el evento deportivo para el que ellos tienen dedicación anual.