Hacía tiempo que venía apuntando que el patriotismo no se refleja en el deporte. O dicho de otra manera, que los deportistas no nos representan como españoles en ningún campeonato internacional.

En este artículo de fines de octubre apuntaba algo más, que mientras los españolitos ovinizados ponen sus ilusiones en ver cómo ganan los campeones del momento, éstos ponen sus dineros fuera del alcance del fisco español.

Hoy la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) ha dado dimensión pública a lo que ya se había apuntado desde El Espectador.

Desconozco si me han leído, lo cual agrandaría mi ego y ensancharía mi vanidad, pero de lo que sí puedo alardear sin empacho es de que antes de darse a conocer la noticia públicamente por un organismo competente ya se había denunciado en mi bitácora este hecho.

Solamente un pero a la nota de prensa divulgada por los Inspectores de Hacienda. Ningún deportista representa a España ni a los españoles, puesto que para eso ya están los órganos de representación y gobierno elegidos democráticamente. Los deportistas se representan a sí mismos, a las entidades privadas por las que compiten (club y federación) y, como como mucho, al colectivo deportivo en el que están inmersos (al fútbol español, al tenis español, al automovilismo español…).