En el post “Currito” del 6 de diciembre ya advertía de la proximidad y peligro de las fechas en que se perfilan en España eventos deportivos de máxima intensidad (a la intensidad del desembolso del dinero público me refiero).

No es por echarme flores, no…, que va… Pero esto que puse en El espectador hace casi veinte días lo han visto ahora en El Mundo: «2014, 2016, 2018...». Un poco lento de reflejos sí andan, ¿eh?

El mismo 6 de diciembre añadía el post “Calendario”, en el que avisaba de que el Ayuntamiento de Cartagena emprendía por libre la carrera para hacerse con la organización de los Juegos del Mediterráneo para 2017. De esto en El Mundo ni se han enterado.

Me parece grave, muy grave, a la par que preocupante, que tanto federaciones deportivas como ayuntamientos se lancen en pos de la organización de eventos deportivos de primer orden cuando con sus propios recursos ni siquiera darían abasto para organizar los prolegómenos que requieren tales fastos internacionales.

Mientras Papá Estado provea y corra en auxilio de tales desmanes nadie tomará conciencia de que no puede uno comprometerse sin contar antes con la pertinente autorización de quien deberá aportar la mayor parte del desembolso económico. Es como si todos creyeran que traer estos eventos deportivos a España es como para que los feliciten.

Aunque yo en realidad veo una suerte de chantaje al Estado, en el que todos ven que una vez concedida la organización del mega-evento, echarse para atrás dejaría en ridículo a todo el país en el concierto internacional.

La culpa de esta situación tal vez la tenga el Presidente Zapatero, que cayó en las redes que le tendió el Ayuntamiento de Valencia con la organización de la América Cup.

Claro que al hecho de no estar muy ducho en aquellos momentos en las lides presidenciales hay que sumarle que la encerrona se la tendió el Partido Popular respaldado por la cargante y aborrecible monarquía española.

Se le están subiendo a las barbas los enanos que le han crecido al Presidente Zapatero. Claro que también es posible que el Presidente Zapatero haya comprobado que los flashes y los neones que proveen estos ceremoniales modernos los pagan los contribuyentes, quienes están la mar de contentos con el pan y el circo que Papá Estado les provee.

Queda libre por el momento el año 2015. Si alguien tiene alguna idea tal vez pueda venderla bien en La Moncloa. Después de todo algo tiene que quedar entre las uñas de tan espontáneos y despreocupados organizadores con dinero ajeno.