Bitácora

Alcance del 30 de enero de 2008 para el artículo nº 372


Llevo tiempo clamando por que la Justicia que algunos llaman “ordinaria” para diferenciarla de la justicia deportiva intervenga en los abusos que se cometen en las arenas deportivas, ya sean canchas, campos o pistas.

El artículo ahora alcanzado es el último que he escrito sobre este particular. Siempre que retomo el asunto pongo como ejemplo la frase de Diego Armando Maradona, quien entendía que “lo que pasa en la cancha se queda en la cancha”. Y me gusta contraponer una proyección de lo que eso supondría: ni más ni menos que inmunidad para cometer mayores atropellos.

Las arenas deportivas no están fuera del ordenamiento jurídico, como tampoco lo están los vestuarios ni siquiera los domicilios, por mucha inviolabilidad que les reconozca la Constitución española.

Al menos en España, y hasta ahora, las fiscalías han tenido mucho cuidado de no entrometerse en el ámbito deportivo salvo cuando no les ha quedado más remedio por mor de una denuncia “civil”.

Con ello, de alguna manera se daba validez a lo propugnado por el “Pelusa”: la impunidad de ciertas acciones que se daban en la cancha, tales que actitudes racistas, agresiones o trifulcas, todo ello difundido urbi et orbi desde mil ángulos diferentes por los ojos de las cámaras que acuden a los campos de juego.

En el filme Ben-Hur de 1959, Hugh Griffith (en el papel del Sheik Ilderim) le dice a Judah Ben-Hur (interpretado por Charlton Heston): “la ley no rige en la arena del circo; muchos se matan”, en clara alusión a las ansias de venganza que albergaba el protagonista hacia el tribuno romano Messala (Stephen Boyd) —he de decir que esa frase no la he encontrado en el libro de Lewis Wallace.

Pero esa doctrina no puede sostenerse en el siglo XXI, en un marco jurídico que se precia de ser democrático.

Y por fin el primer paso ha sido dado. El fiscal de Betanzos ha intervenido de oficio ante la agresión de uno de los guardametas del Deportivo de La Coruña al otro cancerbero, agresión que se saldó con ocho puntos de sutura y un ojo a la funerala.

Dura lex, sed lex, decían los romanos (la ley es dura, pero es la ley), y esta vez sin guión cinematográfico de por medio.

Es de esperar que ahora los fiscales tomen confianza e impulso y entren de oficio a denunciar las acciones que todo el mundo ve (y cuando digo “todo el mundo” quiero decir todo el mundo en toda la amplitud de la expresión, sin que suponga un idiotismo).

Las tropelías que se cometen en las arenas deportivas no pueden seguir quedando impunes por el bien de la salud del sistema democrático.

Me tomo la libertad de copiar el texto íntegro de la noticia, ya que desconozco si se mantendrá indefinidamente en la hemeroteca digital del diario.

Deportivo
Munúa, condenado a seis meses de prisión por agredir a Aouate

• El israelí declinó ayer la posibilidad de reclamar al uruguayo la indemnización a la que tiene derecho
• La ley permite al guardameta sustituir la pena de cárcel por una multa, de 3.600 euros en este caso

La Voz: 24/1/2008

Gustavo Munúa, guardameta del Deportivo, fue condenado ayer a seis meses de prisión por el titular del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Betanzos, Carlos Villarino, por la agresión del pasado día 11 a su compañero, y también portero, Dudu Aouate.

La pena se sustituirá por una multa de diez euros diarios durante un año, lo que está previsto por el Código Penal para juicios rápidos. Munúa pagará un total de 3.600 euros (598.989 pesetas), pues judicialmente se contabilizan 30 días por mes. Ese dinero engrosará las arcas del Estado.

El arquero uruguayo, que reconoció ante el juez la agresión, aceptó el escrito de acusación presentado en el trámite de juicio rápido al que fueron citados ambos porteros. También estuvo presente un letrado del club por si Aouate pedía la responsabilidad civil subsidiaria de la entidad que preside Lendoiro, lo que no se produjo.

La petición inicial del fiscal para Munúa por el puñetazo que propinó a su compañero en el vestuario de la ciudad deportiva de Abegondo fue de nueve meses de prisión por un delito de agresión recogido en el artículo 147.1 del Código Penal. No obstante, al estar de acuerdo el acusado con la pena establecida, la ley contempla una rebaja automática de un tercio de la condena, reducida entonces a seis meses, según explicó el fiscal, Luis Anguita, que actuó de oficio, sin que existiera denuncia previa de Aouate.

Después de la sentencia, la letrada de Munúa, Carmen Saldaña, pidió la sustitución de esa pena de seis meses de prisión por la de multa económica, un derecho en los juicios rápidos cuando el acusado no tiene antecedentes y la condena es inferior a un año de prisión.

Tal y como manifestó el fiscal de la Audiencia Provincial de A Coruña, Aouate se ha reservado la posibilidad de solicitar en el futuro una indemnización a Munúa, aunque no la quiso reclamar en el juicio celebrado ayer en Betanzos. Por tanto, no percibirá ni un céntimo de Munúa. Si finalmente la pidiese y, por algún motivo, el guardameta uruguayo no la abonase, tendría que asumirla el club coruñés. La cantidad sería similar a la de la multa.

El lector interesado encontrará más información sobre esta agresión en: Cómo quedarse sin un artículo.

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