Bitácora

Alcance del 4 de febrero de 2008 para el artículo nº 416


En el artículo alcanzado criticaba la excesiva meticulosidad de los jueces americanos que no dejaron correr a una joven musulmana con un atuendo que cubría su cabeza.

Mi crítica se centraba en la rigidez de los reglamentos deportivos que no tienen en cuenta ciertas prácticas religiosas de los deportistas.

Esta vez son los propios clérigos fundamentalistas e integristas (en las acepciones que de estos términos recoge el Diccionario de la RAE) los que no han atendido a la necesidad de una campeona a vestir de una forma cómoda: « La tenista india Mirza no jugará en su país por su forma de vestir: La jugadora ha sido amenazada por algunos clérigos musulmanes conservadores debido a las camisetas ajustadas y minifaldas que usa dentro de la pista»

La noticia tiene algunas “perlas” sobre religión y deporte que no pueden pasar desapercibidas a El Espectador:

La jugadora […] también recibió fuertes críticas desde los sectores más conservadores de su país el año pasado por jugar dobles con la israelí Shajar Peer, de religión judía […].

En noviembre de 2005, Mirza abandonó una rueda de prensa cuando los periodistas le preguntaron su opinión sobre las relaciones sexuales prematrimoniales, poco después de que se manifestara a favor de la práctica del sexo seguro.

Supongo que la pregunta que he destacado en ese segundo párrafo es habitual en las miles de ruedas de prensa que las deportistas femeninas dan al cabo del año por todo el mundo.

Los religiosos de todas las confesiones, no contentos con hacer al mundo un daño irreversible a lo largo de la Historia, ahora atentan contra el deporte y sus practicantes. No tendrán otra cosa mejor que hacer.

[Puedes comentar a este alcance en el formulario del artículo]