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Alcance del 31 de mayo de 2009 para el artículo nº 1433


En el artículo «Lavado de cerebro futbolero/deportivo» hago hincapié en que el lavado de cerebro lo sufren gentes alienadas para las que el fútbol se ha convertido en su razón de existir, y lo describía así:

Los destinatarios de este bombardeo continuo son ciudadanos con cada vez más escasa formación. Aficionados-esponja que son incapaces de discernir entre los intereses de un grupo de profesionales y su propia felicidad.

¿A alguien le supone alguna duda el que esta frase es literalmente cierta?

Pues haría bien en ver la imagen y leerse el largo pie de foto de esta noticia: «Lágrimas en el Ruíz de Lopera por el descenso del Betis a Segunda».

Pie de foto:

Un aficionado bético llora en las gradas tras confirmarse el descenso del Real Betis a segunda división después de empatar a un gol ante el Real Valladolid en la trigésimo octava y última jornada de la liga en Primera División disputado en el estadio Ruiz de Lopera.

¿A qué el llanto? ¿A qué las lágrimas? ¿Habrá llorado este miserable pusilánime el día que perdió el empleo?

No me estoy refiriendo a este hombre en concreto —puesto que ignoro su situación laboral— sino al resto de aficionados que con su desolación él está representando, ilustrando a las mil maravillas mi afirmación.

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