Archivo mensual: marzo 2012

Partido de alto riesgo

Los derbis son partidos de alto riesgo, donde las aficiones –luego de enésimos partidos en la cumbre– presentan ánimos enconados. O así debería ser. Pero existen un par de aldeas de irreductibles aficionados en el norte de la Península Ibérica donde las aficiones no sólo no se pelean sino que toman potes juntos y entonan sus cánticos al alimón, cediendo protagonismo a los rivales (ver el final del vídeo que aporta la noticia enlazada arriba).

Cierto que siempre puede aparecer algún descerebrado que no ha tenido una buena digestión del marmitako, pero eso no empaña lo que es de hecho una fiesta. A ver si aprenden por otras latitudes, incluidas otras aldeas hispanas, que sus partidos de alto riesgo nos cuestan a todos una pasta que ya no tenemos (porque la han diluido los inútiles políticos que nos asolan). Por cierto, en aquella final copera del Athletic-Barça las aficiones comulgaron también con sus cánticos en el fragor de la batalla (y con sus pitadas también hicieron causa común… lo dicho, una fiesta…).

Proporción y neto

Mil quinientos dólares por lesionar a un rival. Así como suena. Por cierto, que no se comienza una frase con guarismos… Tomen nota los profesionales del periodismo… y los profesores de la Uni, que olvidan advertirlo en sus clases. Yo lo aprendí en 3º de EGB… buenos maestros había antes…

De regreso a la noticia… Es lo que tienen los deportes de contacto directo como el fútbol americano, donde al juego con un balón se añade la destreza para dar y evitar golpes.

Esa oferta puede parecer una barbaridad, y seguramente lo sea. Mil quinientos dólares (netos) dan para hacerse un buen regalo. Por otro lado, para los millonarios profesionales de la NFL es una cantidad residual (proporción). Vienen a ser un 0’10% para un mindundi que gane un millón y medio de dólares. Y para una estrella del balón ovalado puede ser incluso una décima parte de eso.

Lo que llama la atención no es la cantidad, sino el hecho de que se premie sacar a un rival del campo, cuando una lesión debería ser un lance casual y no deseable. Volvemos al eterno debate entre lo moral y lo legal. Es de suponer que la NFL se encargará de que no sean legales, pero no por ello van a conseguir frenar esas porras inmorales (que probablemente se den en otros (todos) equipos).

Me temo que con esta declaración el fútbol americano ha alcanzado un nuevo estatus. Y ya que preveo que no puedan evitar «porras secretas» sobre este particular, presagio que en las casas de apuestas (si es que no está ocurriendo ya) se envide al periodo en el que un quaterback es lesionado (el fútbol americano consta de cuatro cuartos de quince minutos cada uno). La fantasía escenificada por el Blood Bowl está ahí delante. Se repite así el eterno debate (también) entre ficción y realidad y cuál de ellas va más lejos.