Archivo diario: 4 de julio de 2012

Con ardor (de estómago)

Arde España. Arde por las costas mediterráneas gracias a unos ministros y consejeros indocumentados (al más fiel estilo del edificante Iriarte, discutiendo si son galgos o podencos) y arde por las minas del norte gracias a unos mineros con mucho de hooligans. Y también arden los corazones españoles porque los millonarios de la federación nacional de fútbol han ganado otra vez una copa continental, asegurándose más millones para engrosar sus ya pingües cuentas privadas (algunos sin sudar la camiseta).

Ante este panorama los becarios del ABC que quedan en la redacción (hoy en día sólo quedan becarios en las redacciones porque a los periodistas con criterio propio los han echado a la calle hace tiempo), esos becarios que se sintieron españoles por los éxitos ajenos, éxitos de gente que no conocen aunque crean conocer, se indignan por un titular en Francia que debería ser ensalzado como magnífico ejemplo de ironía: «ESPAÑA TIENE DOS EUROS EN EL BOLSILLO» . (Mejor no explicar la belleza del titular para no abrir el blog a mediocres y zoquetes). La ironía, otrora una de las insignias patrias, ha dejado paso a la burrez que genera el patrioterismo y al patrioterismo que genera la burrez.

Las primas de los futbolistas (no me refiero a las hijas de sus tíos) se encuentran ahora mismo en un limbo. Las primas que ganaron en Sudáfrica ya están cobradas y cotizaron en aquel país (y posiblemente fueran directas a algún paraíso terrenal, pero descuiden que es el mismo destino que aguarda a estas otras primas en cuanto salgan del limbo). Así nos han demostrado que ellos también entonan el «yo soy español, español».

El propio Andresico, ejemplo de ejemplos, ha tenido que salir a desmentir un bulo que alguien le coló, a saber, que iba a donar sus ganancias a fines altruistas. Que no, que ni siquiera se le ha pasado por su calva de chico listo semejante barbaridad, y piensa que cada cual debe hacer con su dinero lo que le venga en gana (normal y lógico por otra parte). ¿Cómo donar la misma cantidad de dinero que lleva Nadal en la muñeca si a ellos les ha costado sudores y lágrimas ganárselo en aquellos países del Este mientras que al isleño se lo regalan? Pero la gente, nada, que cantan lo de yo soy español, español como si ello fuera un orgullo… o un título.

Así que mejor concluir que los demás nos tienen envidia y se coaligan contra la mejor liga del mundo y la mejor selección del planeta… qué digo del planeta… la mejor selección de la galaxia (y a ver quién me demuestra lo contrario). Mientras tanto, diarios tan serios como fuera El Mundo recetan consejos para ahorrar un 10% en el recibo de la luz… Paradojas de ser español, español.

En este sexto párrafo, por si tienen ganas de leer buenos artículos (que los míos han dejado de ser artículos para venir aterrizar en la subcategoría de posts desde que dejé el viejo blog), permitan que les aconseje dos lecturas que abundan con gracia, documentación, categoría y clase en la idea ya expuesta: «Orgulloso de ser español… a ratos, oiga» y «Yo soy español, español, español» .