Una y otra vez, una y otra vez

Ayer reflejaba el tedio y el fastidio que me produce hablar una y otra vez de lo mismo. Hoy pondré otro botón de muestra. A raíz del presunto fraude del Urdangarín (para algunos de nosotros se trata de una gran oportunidad), el titular que me llamó la atención rezaba: «Retiran las placas de la Rambla de los duques de Palma». Supongo que la gran mayoría lo ven natural y lo aprueban. Como debe ser, sí señor.

Lo dije también en su día (si no recuerdo mal, incluso fue tema del segundo o tercer artículo que publicaba en lo que ahora llamo el viejo blog) pero lo volveré a repetir para aquellos que acaban de llegar y también en deferencia a aquellos que comienzan a sospechar que algo falla entre tanta parafernalia de la que se ha rodeado el deporte español.

No debe darse a los sitios públicos el nombre de personas vivas.

Así de sencillo se expone porque el motivo siempre ha sido evidente; y ahora queda patente tras leer la noticia. Pero revisemos el mundo del deporte…

En Oviedo existe una calle con el nombre de Fernando Alonso (piloto) y otra con el nombre de Samuel Sánchez (ciclista). En Pinto, si no estoy mal informado, el polideportivo se llama Alberto Contador. Y si la memoria no me falla, lo que fue la Avenida del Deporte en Móstoles ahora es la Avenida Íker Casillas. En Zamora existe desde hace más de treinta años el Polideportivo Ángel Nieto. Y me parece haber leído que por ahí existen calles o plazas con el nombre de Andrés Iniesta u otro ínclito balompedista.

En cada pueblo el político de turno se ha dado un baño de populismo renombrando calles, plazas, parques e instalaciones públicas para mayor gloria propia. Pero estos actos que deben ser siempre un homenaje póstumo (existen otros tipos de homenajes para ser dispensados en vida) trascienden la esfera deportiva y se instalan en otros ámbitos diferentes. Sin ir más lejos, y volviendo la vista a la noticia que ha dado pie a este artículo, en una conocida población norteña existe un bulevar llamado de Letizia Ortiz, y en muchos pueblos y ciudades españoles nos encontramos con calles y avenidas conocidas como Juan Carlos I.

Vuelven locos a los carteros y a los inquilinos, y cada placa que se sustituye tiene un coste para los dineros públicos. Y es que esto no es serio…

Actualización del 21.02.2013 a las 14:32h.
Otro motivo para no dar a los sitios públicos el nombre de personas vivas: Pistorius. Nike, como empresa privada, ha hecho lo que debe.