Con el hiyab no se juega

Eso al menos es lo que dice la FIFA, que con el hiyab no se juega. Y en eso están de acuerdo con los países islámicos, que piensan que con el hiyab no se juega y tampoco con su cultura.

La cosa ha llegado a la ONU, que fiel a su papel mediador entre los estados y respetuosa con las entidades privadas, ha pedido a la FIFA que reconsidere su veto.

Esto quedaría en anécdota si no fuera porque últimamente a varias federaciones internacionales les ha dado por destapar a sus competidoras. La FIBA impidió que la base israelí Naama Shafir compitiera con camiseta interior. Recientemente la AIBA, a punto de estrenar olímpicamente el boxeo femenino, ha tenido que dar marcha atrás a sus pretensiones de que las boxeadoras pelaran con minifalda.

Recuerdo también que la FIBA exigió una indumentaria ajustada a las jugadoras (seguramente para realzar sus figuras), y en el origen de todo esto recuerdo a la federación que rige el voley playa cuando exigió a sus jugadoras vestir bañadores ajustados, supongo que para lucir sus cachetes (lamento no encontrar el enlace en el viejo blog).

En el fondo de todo este vergonzoso destape carnal están los patrocinadores (¿quién si no?). Si por ellos fuera los deportistas competirían en cueros como en las antiguas olimpiadas. ¿No se dan cuenta de que ya tenemos la industria del porno? Para qué mezclar.