«“Nosotros somos el país que ha ganado más Roland Garros”». Magnas palabras del presidente del desGobierno español, que por otro lado son falsas, porque España como país jamás ha participado en ningún torneo deportivo y menos aún si los profesionales compiten a título personal.
Éste, que venía de listo, ha caído como el otro en la maraña de los deportistas, que han acabado creyéndose la memez aquella de que son los mejores embajadores. Emilito Sánchez Vicario tuvo la ocurrencia de pedir un ministerio para el deporte al «Zapa»; Rafaelillo Nadal tuvo la desfachatez de pedir ser defendido por los poderes públicos españoles, y a fe que han entrado al trapo. La verdad es que entran a cualquier paño que se agite junto al populismo que dan los laureles y los neones de los deportistas exitosos. La chochez del calamocano monarca sólo ha dado para decir que estos de los guiñoles eran tontos. Pues no lo tengo yo tan claro habida cuenta de la popularidad que han alcanzado (y diría que hasta prestigio).
Y aprovechando la debilidad de nuestros mediocres dirigentes, el presidente de la federación de tenis, viéndose dentro de la Moncloa quiso hacer la gracieta: «Si hay un sueño que nos ha convocado a todos, ha sido hacer país, construir España», dijo en alusión a los éxitos de los profesionales del organismo privado que preside. De crear empleo, que es lo que hace falta para construir España, no ha dicho nada. Seguramente para ellos eso no sea importante. Lanzado como estaba, concluyó con un desbarre que es indigno hasta de figurar en este blog.
Con todos estos chamullos van construyendo un castillo de aire que ya tienen casi inflado.